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Dame un corazón

 


"Tened ceñida vuestra cintura 
y encendidas las lámparas"
(Lc 12,35-38).

¡Somos estirpe de Dios!, nuestro ADN espiritual nos impulsa a la realización de la coherencia y las buenas obras. No contristemos al Espíritu Santo.

La fe, lejos de ser una adormidera, mantiene al creyente en una tensión y expectativa que impregna toda la vida. Considerar que la fe es opio, tranquilizante, ensoñación, fuga del mundo, evasión... es desconocer por completo lo que significa seguir a Jesucristo siendo luz y sal.


"Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas".  
Estás preparados, atentos, dispuestos, con luz. Nunca sabemos dónde está el tesoro que hace que un día sea único. En un diálogo sincero e iluminador; en un mensaje de móvil; en una mirada, en un texto, en una canción. Dios cada día quiere atravesar la coraza que el miedo nos ha autoimpuesto. Si logra romperla la vida se convierte en camino acompañado, sino la soledad anida y nubla todo lo que vivimos.

«Tened ceñida la cintura y encendida las lámparas» El cristiano no puede permanecer quieto cómo si estuviese todo hecho, al contrario hay que estar preparado y cuando llegue pueda ver un reino que se ha empezado a construir por las buenas obras y el buen hacer de las personas.

 
 
Llévame dónde Tú quieras,
por dónde Tú quieras,
y cuándo tú quieras.
Estoy en tus Manos.
Mantén encendida mi lámpara
con el aceite de tu confianza.


Tened la cintura ceñida para no caer en el conformismo, la indiferencia o el egoísmo. Encendidas las lámparas para ver desde la fe, lo que el materialismo y el consumismo ocultan. Estar en vela para recibir al señor de la Vida Verdadera, el Servidor del Amor.

Estar atento a lo que otros necesitan, a los que puedo dar, a las señales de Dios en ellos, a cada petición de ayuda, a una mirada triste, a una llamada, a una sugerencia, a una propuesta, a una invitación… Atentos para servir, para darse.


Dichosos los que están dispuestos a servir, los que están atentos a las necesidades de los otros, los que no se duermen esperando, los que no se cansan de esperar, los que están atentos al que viene, al que vuelve, al que pasa por su casa, su mesa, su vida para servir. Dichosos los que mantengan esta actitud de servicio constante, sea quien sea, llegue cuando llegue, necesite lo que necesite... siempre es al Señor a quien servimos.

Dame un corazón

Señor Jesús
Mientras peregrino navegando
Sobre turbulentas aguas de mi vida
Dame la alegría de tener como brújula
Un corazón que me lleve hacia el puerto del amor

Dame un corazón de POBRE
Capaz de amar, para abrirse y entregarse.

Dame un corazón PACIENTE
Capaz de amar, viviendo esperanzado

Dame un corazón PACIFICO
Capaz de amar, sembrando la paz en el mundo.

Dame un corazón JUSTO
Capaz de amar, juzgándose por la justicia

Dame un corazón MISERICORDIOSO
Capaz de amar, comprendiendo y perdonando

Dame un corazón SENSIBLE
Capaz de amar, llorando sin desalientos

Dame un corazón PURO
Capaz de amar, descubriendo a Dios en el hombre

Dame un corazón FUERTE
Capaz de amar, siendo fiel hasta la muerte

Dame un corazón EVANGÉLICO
Capaz de amar


 

 

 

 

 

 

 

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