"Felices".
Las bienaventuranzas marcan el camino del cristiano porque ha sido el camino del mismo Jesús. Él es el pobre. Él es el abandonado, el condenado injustamente.
El reverso de toda bienaventuranza es un lamento. O estamos cerca de un “dichosos” o de un “ay”.
Las Bienaventuranzas son un desafío a nuestras búsquedas. Y los Ayes un lamento a nuestras conquistas. Las primeras nos indican la vía de la felicidad propuesto por Dios. Las segundas el sendero tortuoso de pérdidas, egoísmos y soledades. Es momento de elegir.
Dichosos seremos si sintonizamos con las paradojas del Evangelio. Jesús nos descubre el gozo profundo, del camino de nuestra liberación interior.
Las bienaventuranzas son la buena noticia para los pobres y pequeños de esta tierra. Palabras de esperanza y de futuro que iluminan un futuro para todos, no solamente para unos privilegiados.
La insistencia de Jesús es a qué descubramos que por muy
cambiantes que sean las circunstancias que nos rodean, podemos ser dichosos. Jesús señala lugares comunes: pobreza, necesidad, lágrimas, rechazo. En todo ello se puede ser feliz, si lo vivimos con Él.A Dios se le va el corazón hacia los pobres. Se estremece por dentro cuando ve la debilidad. La pobreza compra los ojos de Dios. Si te encuentras con un pobre no mires hacia otro lado. Comparte con él lo que tienes, acoge el tesoro que él te ofrece.
Los pobres, los descartados, los que sólo les queda el amor al hermano y la esperanza puesta en Dios. De ellos, sólo de ellos es el reino que el Altísimo ha preparado para que sean felices por siempre. Oyendo a Jesús conocemos al Dios loco por los más pobres y pequeños.
La tierra llora. Los pobres lloran. Los sufrimientos desbordan el corazón. Dichosos los que se saben amados incondicionalmente sean cuales sean sus circunstancias y avatares. Bienaventurados aunque la vida nos lleve por caminos amargos. Dulce es la ternura y misericordia de Dios.
Tenemos que estar despiertos a las necesidades de los que nos rodean, de los que sufren. No podemos mirar a nuestro ombligo, o para otro lado... Tenemos que mirar a nuestro alrededor y comprometernos para paliar el sufrimiento de los otros.
MI CONFIANZA ERES TU, SEÑOR
Comentarios
Publicar un comentario