"Acoge a María".

 


«Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Enmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”»
 

(Mt 1, 1-16. 18-23).

 

 

 

Hoy celebramos el nacimiento de la Virgen María.

En los planes de Dios, la humildad, el silencio, el pasar desapercibido, se hacen habituales.

"Dios se comunica con nosotros cuando renunciamos a entenderle del todo y a saber los cómos y los porqués de lo que Él hace; María lo supo bien desde niña". (Dolores Aleixandre).

María es una mujer enamorada, que le ha respondido a Dios con una disponibilidad total, que ha aceptado ser Madre, que ama a José y quiere vivir con él, que espera con ansia y deseo el nacimiento del niño, ver su cara y abrazarlo

Dios eligió a una mujer de Nazaret, la Virgen María, para devolver a la humanidad lo que el pecado le había arrebatado.

En María se cumplen las predicciones del Señor. El papel de José es fundamental en el proyecto de Dios. Acogerá a María y le pondrá nombre a Jesús. En su silencio y disponibilidad, se dejará hacer y hará posible que la Virgen dé a luz al Enmanuel.

No tengamos ningún reparo en acoger a María en nuestra vida, pues ella es el camino más seguro para llegar a Jesús.


"Acoge a María".
Ella es un regalo escogido para ti. Deja que sea madre, guía y compañera en tu vida. ¿Qué no es capaz de hacer una madre por su hijo? Confía en ella.

Mirarnos en el espejo la Virgen, nuestra Madre es convencernos que somos llamadas a ser su reflejo. ¡SOMOS SUS HIJOS! Su ayuda e intercesión siempre estarán presentes para cuantos milagros necesitemos, en el camino hacia el Cielo.

Haz en mí lo que quieras, Señor. Aquí estoy para amar y decir sí como hizo María.

"Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor...".  Y es que, aunque todas las certezas y predicciones humanas apuntan a un Dios ausente, es su presencia la que hace que todo lo que vive, viva. Su Palabra en ti se cumplirá, siempre se cumple.

Dios tiene un proyecto para cada uno. A primera vista nos parece inalcanzable, pero nos regala la presencia de María, que nos acompaña como madre. María es compañera de nuestro camino, la que se hace presente en los tiempos difíciles. No tengas reparo en abrirle la puerta de tu corazón.

¡Qué hermoso abrirte la puerta, María! 
¡Qué gozo saber que Dios está con nosotros! 
¡Gracias por regalarnos a Jesús! 
Ruega por nosotros, amorosa Madre, 
en esta hora de la Iglesia que peregrina 
hacia el hogar de la Trinidad.
 

 

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