El camino de Dios
Jesús “tomó la decisión de ir a Jerusalén”, es decir, de seguir caminando, ha decidido asumir lo que tenga que venir en el camino de la vida.
En ese camino Jesús y sus discípulos experimentan el
rechazo. No son acogidos en un pueblo. Jesús no es recibido en una aldea de
samaritanos por su aspecto. Es rechazado por ir a Jerusalén. Ante esta
situación caben dos reacciones. La violenta y vengativa de sus discípulos al
sentirse maltratados, o la de Jesús: vamos hacia otro lugar. La reacción
inmediata de los discípulos es venganza. La de Jesús dejar que la vida siga,
sin buscar culpables ni explicaciones. Integrar el fracaso y lo negativo en la
propia vida es escuela de madurez y de desdramatizar nuestra existencia.
El anuncio del Evangelio debe ir acompañado de la escucha, la propuesta y el respeto a la libertad. El testimonio debe ir acompañado de tolerancia, de capacidad de aceptar propuestas de los otros, de descubrir novedades que nos pueden ayudar a crecer en la comunión.
Si somos llamados a proclamar la Buena Nueva que Dios ofrece a todos, no podemos excluir a nadie. Ni aun cuando seamos rechazados, perseguidos o se ponga en riesgo nuestra vida
No dejes que el fuego de la rabia, del enfado, de la envidia... te consuma. Sólo te hará más daño. Vive con paz tu camino, asumiendo que habrá dificultades y obstáculos, pero sabiendo que Yo voy contigo nos dice el Señor. El fuego que se ha de enviar a la tierra, es el Santo Espíritu, transformador de paz y precedente de la instauración del Reino de Luz....
¡ABRAMOS NUESTROS CORAZONES PARA RECIBIRLE!
“Señor danos tu Espíritu de amor, para que curemos el egoísmo con generosidad venzamos la mentira con la verdad, ganemos al orgullo con humildad y superemos la guerra con la paz”
Hoy celebramos a San Vicente de Paúl. Renovaba sus fuerzas en la oración para servir a los pobres y hacer el bien.
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