Ve primero

 


"Vete primero a reconciliarte 
con tu hermano".  
(Mt 5, 20-26)

La Cuaresma es también el tiempo favorable para ponernos a bien con el hermano, perdonando deudas y ofensas, para poder entrar con Jesucristo en el banquete del Reino, en la alegría y el gozo que nos traerá la Pascua.

Nuestra fe es para la vida. Es práctica y afecta a las decisiones que tomamos. La relación con Dios y con las personas está íntimamente relacionada. No puedo decir que amo a Dios si olvidó a los hermanos.

Presentarnos en la celebración sin habernos reconciliado con el hermano, sin haberle pedido perdón, sin habernos acercado a él... nos deja vacíos tanto a nosotros como a la celebración.

La justicia es dar a cada uno lo que le corresponde. Jesús establece una medida. No se queda en la acción externa, sino que toca la motivación interna. Matar no es sólo quitar la vida, sino también la dignidad, la honra. Eliminar rencores, malos deseos

"Mientras vais todavía de camino..." Todos sabemos lo que pesa estar mal con alguien... ¿No crees que es momento de sanar heridas y seguir caminando en paz? Pon los medios que haga falta...porque también tenemos guerras en casa que necesitan paz.

¡Cuánta paz necesitamos! ¡Cuánto necesitamos reconciliarnos! La paz. No como ausencia de guerra, sino como presencia del amor de Dios entre nosotros.

¡Es Cuaresma! El Espíritu te invita a ser portador de paz.

 


Aunque el mal haga más ruido, el Espíritu prepara caminos de reconciliación y de paz en medio de la gente. Hasta que nos perdonemos y descubramos que todos somos hermanos. Solo construyendo puentes, llegaremos a la orilla de Dios. Comienza hoy en tu corazón el hermoso camino de la reconciliación. Caminar juntos solo es posible sobre la base de la escucha comunitaria de la Palabra y de la celebración de la eucaristía.

Señor, nunca agradeceremos bastante tu Palabra y la vida de Jesús entregada en cada eucaristía. ¡Gracias por tanto, Señor!



 

Oración

Señor pon luz en mi vida,
permíteme acercarme a las personas
y acontecimientos limpiamente, sin juzgarlos.
Recibiendo lo que ofrecen, acogiendo lo que enseñan,
entendiendo lo que dicen.
Libera mi corazón de la sospecha
para que descubra tu verdad y ayúdame a entender
y agradecer que estás presente en todo encuentro,
todo abrazo, todo reconocimiento
y todo gesto de misericordia y perdón
como celebra nuestro mundo.


 

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