Que seamos capaces de seguirte
Señor Jesús, te damos gracias
porque viviste libre de la
esclavitud y la idolatría del dinero
o de la ambición en que todos podemos caer,
o de la ambición en que todos podemos caer,
y fuiste hermano de todos,
manifestando
una atención especial
a los más olvidados de la sociedad.
Gracias también
porque así
nos das a conocer dónde está la verdadera alegría.
Por eso te pedimos
hoy la luz del Espíritu
y la sabiduría
del corazón
para saber escoger lo que nos hace bien,
nos construye como
personas
y ayuda a vivir en un mundo más
fraterno.
Que estemos siempre abiertos a acoger la Palabra
que penetra nuestro
interior
y nos ayuda a distinguir lo que nos hace bien
y lo que nos perjudica;
que
en este discernimiento
no nos olvidemos de compartir con los demás,
de vivir
generosamente la fraternidad,
ni de permitir que Dios
tenga el lugar más
importante en nuestra escala de valores.
Haz, Señor, que a los cristianos de
hoy
no nos dominen los ídolos que se nos presentan,
sino que seamos capaces de
seguirte
como hicieron Pedro y sus compañeros:
que éste sea nuestro testimonio
de vida.
Que nos ayuden a ello la intercesión
Que nos ayuden a ello la intercesión
de
María y el ejemplo de Teresa de Jesús.
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