Jesús te mira, te llama y te sana.
“Al verla, Jesús la llamó y le dijo:
“Mujer, quedas libre de tu enfermedad”…
y
enseguida se puso derecha.
Y glorificaba a Dios”
( Lc 13, 12.17).
Lo que Jesús realiza en sábado
es una celebración de su
sentido más profundo.
Para Jesús,
el sábado no está hecho para prohibir
las
obras de misericordia, sino para fomentarlas.
Jesús te mira, te llama y te
sana.
Su tiempo es tiempo de salvación.
Ésta es la verdadera alegría que nadie
te podrá arrebatar.
Jesús, mírame a mí también.
Bien sé yo que tu mirar es
amar.
Y tu amor misericordia.
Mi alegría, proclame tu gloria.
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