María la mujer y la madre de la palabra.
“Dichosos los que escuchan la palabra de Dios
y la
cumplen” (Lc 11,28).
Una mujer del pueblo presta su voz a la humanidad
para
felicitar a María porque escuchó
y dejó cumplirse la Palabra de Dios en ella.
María es “la mujer de la palabra”.
María es “la madre de la palabra”.
Dichosa María que nos regaló a Jesús.
Dichosa María que es capaz
de ponerse de
pie junto a la Cruz.
Dichosa María que es capaz de mantenerse en pie
Dichosa María que es capaz de mantenerse en pie
cuando todos se caen de miedo y cobardía.
Eres dichoso si dejas que la Palabra de Dios
modele la
arcilla de tu vida;
si dialogas con ella en el corazón,
brotará en ti la
humildad, la libertad y la alegría.
Dios se rebajó a la condición humana haciéndose Palabra.
El hombre se engrandece a la condición divina
El hombre se engrandece a la condición divina
escuchando la Palabra.
El creyente es grande porque se fía de la Palabra.
El creyente es grande porque se deja
El creyente es grande porque se fía de la Palabra.
El creyente es grande porque se deja
fecundar por la Palabra.
El creyente es grande porque escucha
El creyente es grande porque escucha
y pone por obra la Palabra.
El creyente es grande porque anuncia la Palabra.
El creyente es grande cuando es capaz de decir
El creyente es grande porque anuncia la Palabra.
El creyente es grande cuando es capaz de decir
“Hágase en mí según tu Palabra”.
Tu Palabra y tu Sabiduría están en mí,
no porque te
conozca mediante mis conceptos,
sino porque soy conocido por ti como hijo y
amigo tuyo.
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