Ir al contenido principal

Incómoda

 


«Aunque no me creáis a mí, creed a las obras» 
(Jn 10,31-42).

A Jesús buscan apedrearlo, pero no hay argumentos. No hay nada que objetar a sus obras. La interpretación de sus palabras molesta e incómoda. La falta de fe juzga y condena. Su coherencia entre lo que dice y hace es extrema. Hay que detenerlo porque cuestiona.

A las palabras de Jesús los escribas y fariseos contestan: ahora sí que sabemos que estás endemoniado.  «No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios». Entonces, el Señor les pide que si no creen en sus palabras al menos den crédito a sus obras. Está claro que, quien no quiere creer, no creerá mi aunque resucite un muerto. La cercanía que vino a traer Jesús respecto al Padre asombraba y escandalizaba. Un Dios que permanece alejado, en el cielo, rodeado de categorías abstractas no molesta. Pero un Dios encarnado en la historia, que pide nuestra entrega, nuestro compromiso, y toda nuestra vida, es un cambio demasiado radical. Mejor acabar con la posibilidad de vivir en "modo divino", que reconocer los miedos y los apegos que nos dejan cómodos y tranquilos.


«Aunque no me creáis a mí, creed a las obras»
El mejor testimonio que damos es el de las obras que realizamos en la vida. No se trata de usar muchas palabras como los falsos vendedores, se trata de mostrar la justicia al hacer realidad el amor concreto y la acción correcta.

Jesús quiere cambiar las cosas, los que tienen el poder no quieren que así sea. Pero todo era verdad, Él es la Verdad. Jesús hace el bien, es enviado por el Padre, es testigo de lo que el Padre pide y quiere para todos los hombres y mujeres de este mundo.

La Verdad es Él, enviado por el Padre que nos ama, para que nuestra relación con Dios sea diferente y, por lo tanto, también sea nueva la relación. entre nosotros. Era verdad.

 

Hoy Viernes de Dolores: Acompáñanos, María, en nuestro dolor para que podamos acompañar a nuestros hermanos que sufren, igual que tú estuviste al pie de la Cruz...

“Cantad al Señor que libera la vida del pobre” (Jer 20, 10-13)
Es lo que hizo María en el Magníficat. Proclamó tu grandeza porque enalteces a los humildes, a los hambrientos los colmas de bienes,
a los ricos los despides vacíos.
En este Viernes de Dolores, pongo en tus manos todos lo pobres, marginados, descartados, olvidados del mundo. Solo tú puedes ser para ellos liberación. Nosotros instrumentos en tus manos.

 A LA VIRGEN DE LOS DOLORES
Virgen Dolorosa, a tus plantas, un año más
nuestra FE se hace racimo de oración y homenaje.
Venimos con la debilidad de nuestras vidas
para que les imprimas fortaleza en la adversidad
y las protejas con tus manos fundidas y bellas.
Nos aceramos a tu divino rostro
para que nos mires como sólo lo sabes hacer Tú
para que nos hables con palabras de FE
y nos ayudes con tu semblante humano y divino.
Son muchas las espinas y muchos los abrojos
que, ayer, hoy y mañana, salen a nuestro encuentro.
En el día, que no olvidemos que vendrá la noche
En la salud, prepáranos para la adversidad
En el trabajo, no olvidemos a los que no lo tienen
En la convivencia, tu manto todo lo atrape
En la esperanza, no caigamos en manos del derrotismo
Necesitamos sentir tu calor y tu regazo
para en medio de las dificultades y tropiezos
saber que estás al pie de nuestra cruz.
Llévanos, Virgen de los Dolores,
a la presencia del Padre
al encuentro de Jesús el Nazareno
a la escucha de la suave voz del Espíritu.
Y permítenos, Virgen Madre y Santa,
mirar en la dirección que  tus ojos clavan su mirada:

¡AL CIELO!
J.Leoz


 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Señor, enséñame a orar"

“Cuando oréis decid: “Padre”  (Lc 11,2).    Los discípulos fascinados por las palabras y gestos de Jesús se preguntan: ¿De dónde le nace tanta vida al Maestro? Por eso le piden que les muestre el manantial que lleva en el interior, que les enseñe a orar, que les revele “eso” que le lleva a entregar la vida, gratuitamente, por los caminos.   Acoge en silencio profundo la palabra más bella, más entrañable y más nueva que Jesús lleva en su corazón: ¡Abba!   ¿Cuántas veces has dejado de orar? Por dejadez, desánimo...hay mil causas. El Padre es bueno, te espera paciente y sabe que en el fondo de tu corazón anhelas estar cerca de Él. Dile confiado: "Señor, enséñame a orar" En este mundo a veces tan chato y funesto donde pareces no estar, Señor, enséñanos a orar.  Sí, enséñanos a orar, a tener claro y a recordar que somos tuyos y no nuestros. Orar es conectar con la raíz del ser; es entrar en la onda del Padre, sin...

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015