Ir al contenido principal

Una palabra

 


«Jamás ha hablado nadie como ese hombre».
 
(Jn 7,40-53).

A Jesús lo juzgan las autoridades religiosas por su procedencia. De Galilea no salen profetas. Los jefes y fariseos no creen en él. El pueblo está confundido. Unos lo tienen por Mesías,otros quieren prenderlo. Los guardias del templo se admiran de su forma de hablar.

 


Las etiquetas y prejuicios nos pueden impedir reconocer a Cristo. ¿Me conformo con lo que he aprendido, o tengo una experiencia personal de Jesús?

Es único. No hay nadie como Él. «Jamás ha hablado nadie como ese hombre». Ante Él y lo que propone no se puede permanecer indiferente. Su mensaje llega al corazón, su forma de mostrarlo nos cuestiona, sus palabras dan vida, su anuncio trae esperanza.

Dime una palabra, Señor.
Ayúdame a acoger tu palabra,
a meditar tu palabra,
a encarnar tu palabra,
a que tu palabra sea luz y guía de mi vida,
a dejarme conformar por ella,
a guardarla en mi corazón,
para ser cada día más como tú,
con mis palabras y mis hechos.
Ponme junto a tu palabra,
 y sigue dándome la vida.

Jesús tiene una propuesta de Dios que no deja indiferentes, que denuncia la injusticia y la hipocresía y propone una manera nueva de ser y estar con Dios.


"Esa gente que no entiende de la ley son unos malditos."
 Somos malditos, somos los discípulos de Jesús esos que no tomamos la vida como repetir partituras, sino cada día, buscamos sentir la música. No somos de los que creemos que todo tiene un límite y por eso acabamos limitándolo todo. Somos malditos porque seguimos al que condenaron por blasfemo y por amar y curar en sábado. Somos los hijos de los que lo perdieron todo en la cruz. Pero lo ganaron todo cuando su sonrisa volvió a iluminar su rostro al llamarnos de nuevo.

“Espíritu Santo, infúndenos la fuerza para anunciar la novedad del Evangelio con audacia, en voz alta y en todo tiempo y lugar, incluso a contracorriente” (Papa Francisco)


 

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Señor, enséñame a orar"

“Cuando oréis decid: “Padre”  (Lc 11,2).    Los discípulos fascinados por las palabras y gestos de Jesús se preguntan: ¿De dónde le nace tanta vida al Maestro? Por eso le piden que les muestre el manantial que lleva en el interior, que les enseñe a orar, que les revele “eso” que le lleva a entregar la vida, gratuitamente, por los caminos.   Acoge en silencio profundo la palabra más bella, más entrañable y más nueva que Jesús lleva en su corazón: ¡Abba!   ¿Cuántas veces has dejado de orar? Por dejadez, desánimo...hay mil causas. El Padre es bueno, te espera paciente y sabe que en el fondo de tu corazón anhelas estar cerca de Él. Dile confiado: "Señor, enséñame a orar" En este mundo a veces tan chato y funesto donde pareces no estar, Señor, enséñanos a orar.  Sí, enséñanos a orar, a tener claro y a recordar que somos tuyos y no nuestros. Orar es conectar con la raíz del ser; es entrar en la onda del Padre, sin...

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015