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Trigo y cizaña

 


“El trigo almacenadlo” (Mt13,24-30)

 

Jesús nos presenta hoy, en la lógica del dueño del campo, el corazón del Padre que espera hasta el último momento la posibilidad del cambio

La buena semilla se siembra. Pero un enemigo siembra cizaña mientras se está dormido. Cuando empieza a verdear, se descubre la cizaña. El mal es discreto, nocturno, disimulado, y cuando se le puede ver, ya tomó terreno. Hay que vivir atentos y despiertos,

Nos gustaría tener más sitio y pedir a Dios que 'nos quitará' tanta dificultad para darle a conocer o mostrar los frutos que hablan de Él. No es nuestra misión. Será Él quien separe cizaña de espiga. No somos jueces, seamos testigos en medio del mundo

 


Señor, todo lo espero de ti, confío total y exclusivamente en ti: confío en la inmensidad de tu bondad, poder y sabiduría.

Nada me hará temer: frente a los enemigos más poderosos, frente a los más grandes males, frente a los infortunios más graves, estaré seguro de ti, confiaré totalmente en ti.

Cuanto mayor sea el apremio, cuanto mayor sea el peligro, tanto más esperaré todo de ti; y si no viera tu mano providente, más y más confiaré en ti, me aferraré a la seguridad de que tu amor por mí es incalculable, ilimitado…

Inflámame en tu amor para que me confunda contigo, que eres el Amor mismo: purifica mi miseria y quema todas mis impurezas con ese Amor ardiente, para que ya no tenga apegos por las criaturas y te ame exclusivamente a ti, el Creador.

Así te amaré como tú mereces ser amado y viviré buscando únicamente tu Reino de Amor, de paz y de alegría despreocupado de todo lo demás…

Señor, creo en ti, pero aumenta mi Fe.
Señor, lo espero todo de ti, pero aumenta mi Esperanza.
Señor, te amo, pero aumenta mi Caridad.


 

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