El seguimiento de Jesús, aunque conlleva haber descubierto el gran tesoro de la Vida, nos exige desprendernos de muchas realidades para caminar ligeros de equipaje
"El que pierda su vida por mí, la encontrará".
Perder la vida para encontrarla. Querer conservarla egoístamente para perderla. Las paradojas de Dios, de los hombres y de la vida
¿Cómo voy a ganar si pierdo? No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Dar gratis lo que recibimos gratis. Lo contrario, el guardar, ahorrar, acumular, es fuente de tristeza, de cerrazón, de esterilidad.
La fe verdadera, para el Evangelio, significa optar clara y decididamente por la persona de Cristo, aunque esto supusiera, renunciar a los sentimientos más profundos del corazón pues lo que cuenta es la opción por Cristo frente a todos los demás valores e ideales de la vida.
Cargar una cruz, la nuestra, que nos convierte en discípulos... la cruz de la entrega, de la generosidad, del darse sin preguntar, del amar sin medida.
¡Todo un desafío, hacer
de Cristo y a su Evangelio la opción fundamental de mi vida sobre la cual
pilote todos los demás valores de mi existencia!
Señor, ayúdame a recordar que tú cargas
la cruz conmigo durante todas mis luchas.
Ayúdame a ver tu rostro en mis hermanos, especialmente en los pobres y
necesitados
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