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En secreto






“Reza a tu Padre, 
que está en lo escondido” 
(Mt 6,1-6.16-18)

Es tiempo de quitarnos el disfraz, es hora de quitarnos la coraza, de mirarnos por dentro, de desnudar el alma, de buscar juntos la verdad.
Es hora de volver al silencio y la Palabra.

Vive tu fe sin alardes, destierra el postureo.
En Cuaresma, nos disponemos a seguir los pasos de Jesús.
¡Sé auténticamente cristiano!
Nos ponemos en camino

Silencia.
Escucha tu corazón.
Toma conciencia de todo lo que te aleja del bien, del amor a Dios y al prójimo. 
Vuelve a casa.
Reconcíliate.
Entra en el abrazo del Padre.
Abre tu corazón y tu vida a la alegría del Evangelio.

No dejes de sembrar semillas.
Sin deseo alguno por tu parte de ver los futuros árboles ni de gustar los frutos.
Otros verán.
Otros saborearán.
Jesús no vio ni gustó en su vida terrena.
Y tantos como Él.
Has de desprenderte de todo interés.
Siembra con fe y sincero corazón.

Busca la verdad entre los resquicios de tu conciencia fragmentada y tu mente remecida de propuestas contradictorias.
"Conviértete y cree en el Evangelio."
Vuelve a la humilde y cuerda locura de Jesús:
"Yo soy el camino, la verdad y la vida."
Es un día para que retornes a Casa.


La oración, el ayuno y la limosna, en intimidad con el Padre, irán sanando y fortaleciendo nuestra comunión con Él, con nosotros mismos y con los hermanos, y disponiendo nuestra mente, nuestro corazón y nuestras fuerzas para amar a Dios y al prójimo.
Desde lo oculto, no desde la foto, desde Tu justicia, desde el corazón, Tu corazón, buscar al otro como Tú...

El amor De Dios por ti y por mi, es representado en el crucifijo.
Dios permita que, en esta Cuaresma, nuestro amor por Él crezca sin medidas.

La Cuaresma es éste camino que nos lleva de la esclavitud a la libertad, del sufrimiento a la alegría, de la muerte a la vida..

CUARESMA HACIA LA PASCUA
Señor:
Un año más me convocas al  ascenso hacia la PASCUA.
Soy consciente de que, tal  vez, me encuentras
con las mismas dudas y  batallas de siempre
¡Perdóname, Señor!

Quisiera rezar, y siempre  encuentro mil excusas
Sacrificarme, y me digo que  son cosas del pasado,
Darme generosamente, y  pienso que tal vez,
algunos, se aprovechen de mi  buena voluntad.

Tú, Señor
sales a mi encuentro, para  levantarme de nuevo
y recuperar las ganas de  creer y de vivir en Ti.
Sales a mi paso, para que  mirándote a los ojos,
descubra que merece la pena  seguirte.
Caminas hacia el calvario,  para hacerme entender
que la vida es grande  cuando, al igual que la tuya,
se ofrece por salvar y  garantizar una vida eterna a los demás.
¡Ayúdame, Señor!

Que tu Palabra no falte en  mi equipaje, para conocerte
Que el ayuno, sea hambre de  tu presencia
Que mi caridad, estalle sin  demasiado ruido
Que mi oración, brote  espontáneamente
para nunca, por ella, dejar  de buscarte y de tenerte.

¡Ayúdame, Señor,
A comprender que este tiempo  al que tú me invitas
es oasis de meditación, de  conocimiento y de búsqueda
Retorno de los malos modos o  ásperos caminos
Re-encuentro con el gran  olvidado: DIOS.
Si en algún momento, yo me  olvido de esto, Señor;
remueve mis entrañas y mi  memoria
para que jamás olvide o deje  en el tintero
tantos momentos de tus  dolores y sufrimientos
en rescate, salvación y  recuperación íntegra del ser humano.
Amén

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SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

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El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

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