Ir al contenido principal

El Señor se ofrece a estar con nosotros





“Si vosotros, que sois malos, 
sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos,   
¿cuánto más vuestro Padre del cielo 
dará cosas buenas a los que le piden?” (Mt 7,11)   

El tema de la oración es frecuente en Cuaresma, señal de su importancia en la vida cristiana. 
Como trasfondo de las insistentes palabras de Jesús se adivinan un par de preguntas: 
¿Estamos totalmente convencidos de que nuestra oración se dirige al Padre, infinitamente más bueno y misericordioso que la mejor persona que hayamos conocido?, y ¿deseamos de veras que Él nos dé cuanto quiere ofrecernos?  
 Él no da cosas, se ofrece a estar con nosotros.

La vida es un prodigio. 
A pesar de todo, la vida deja entrever la ternura y se asoma en la bondad.  
 Hasta una gota de agua sucia puede reflejar la luna. Sorpréndete de que Dios ame tanto tu vida. 
Solo espera que abras las manos para darte hasta lo que no pides. 
Confía en Él.
  
Confiamos en ti, Padre.   
Confiamos en tu bondad sin límites.  
Danos a Jesús.  Danos el Espíritu. 

- Padre del cielo: haz crecer en cada persona el deseo de conocerte. 
Para que tú, que amas a cada uno como hijo o hija, seas reconocido por todos como Padre.

“¡Cómo deseo que los años por venir estén impregnados de misericordia para poder ir al encuentro de cada persona llevando la bondad y la ternura de Dios!” (MV 5).   

Pensemos en el día de ayer. 
¿Cuántas cosas buenas dimos a las personas que encontramos en el camino? 
También hoy podemos seguir haciendo el bien.  

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Señor, enséñame a orar"

“Cuando oréis decid: “Padre”  (Lc 11,2).    Los discípulos fascinados por las palabras y gestos de Jesús se preguntan: ¿De dónde le nace tanta vida al Maestro? Por eso le piden que les muestre el manantial que lleva en el interior, que les enseñe a orar, que les revele “eso” que le lleva a entregar la vida, gratuitamente, por los caminos.   Acoge en silencio profundo la palabra más bella, más entrañable y más nueva que Jesús lleva en su corazón: ¡Abba!   ¿Cuántas veces has dejado de orar? Por dejadez, desánimo...hay mil causas. El Padre es bueno, te espera paciente y sabe que en el fondo de tu corazón anhelas estar cerca de Él. Dile confiado: "Señor, enséñame a orar" En este mundo a veces tan chato y funesto donde pareces no estar, Señor, enséñanos a orar.  Sí, enséñanos a orar, a tener claro y a recordar que somos tuyos y no nuestros. Orar es conectar con la raíz del ser; es entrar en la onda del Padre, sin...

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015