Jesús nos invita a acompañarle.
«Hoy pongo delante de ti la vida y la muerte». (Dt 30,15)
En la Pascua, al renovar el bautismo,
diremos solemnemente
que nos decidimos por la vida y la bendición.
Al empezar la Cuaresma
se nos recuerda que cada día debemos
vivir
según esta decisión fundamental,
teniendo a Jesús como referente.
Él indica el único camino
que conduce a la vida auténtica:
el
de amar, entregarse a los demás
y ser generosos sin miedo.
Y nos invita a acompañarle.
“El que pierda su vida por mi causa la salvará” (Lc
9,24)
Los que viven enamorados
Los que viven enamorados
se entregan con libertad
y se humanizan en la propia
entrega.
Así vive Jesús y así quiere
que vivan sus amigos.
Haz un alto en tu camino
y responde a esta pregunta:
¿Guardo mi vida para
mí
o la entrego por la causa de Jesús?
Cuando sabemos para qué vivimos,
amamos la vida.
Enséñanos, Jesús, tus caminos.
Vuelve a cautivarnos con tu amor.
“Nadie podrá poner un límite
al amor de Dios que perdona”
(MV 3).
Hoy puede ser un gran día
si caminamos como peregrinos,
siempre a la búsqueda de un más allá.
Hay pérdidas que son una ganancia.
Hay finales que son un nuevo comienzo.
- Concédenos, Señor Jesús, tu coraje
y tu alegría para
acompañarte cada día.
Y la sabiduría para descubrir
lo que puede separarnos de
ti.
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