Bajo la mirada misericordiosa del Padre
“Está escrito: ‘No solo de pan vive el hombre’” (Lc 4,4)
“No solo en la historia, sino por toda la eternidad
el
hombre estará siempre
bajo la mirada misericordiosa del Padre” (MV 7).
A nuestro lado caminan muchas personas
que son un reflejo
de la mirada de Dios.
Hoy es un buen día para descubrirlas.
La luminosidad de
sus rostros nos ayudará
a descubrir que Dios es amor.
Este puede ser hoy
nuestro alimento.
Gracias, Jesús, porque con tu lucha
contra las tentaciones del diablo
nos has dado ejemplo y fuerza
contra las tentaciones,
tan reales, de cada día.
Tú no quisiste venderte el alma
por la satisfacción de tu apetito,
y nosotros nos creamos tantas necesidades
artificiosas, siempre insatisfechos,
mientras hay hermanos nuestros
que no tienen cubiertas las necesidades
de supervivencia y dé una vida digna,
y mientras el planeta va agotando
sus recursos y su capacidad
de regeneración.
Tú no te dejaste seducir por el poder
y la soberbia,
que mueven a ver a los demás
como unos rivales a someter
o unos súbditos a explotar,
y nos anulan la capacidad
de ser hermanos.
Tú no quisiste hacer de Dios
una especie de guardaespaldas
protector contra toda desgracia.
Ayúdame a levantarme
cada vez que caigo,
porque sólo asido a ti
puedo seguir caminando hacia la vida.
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