Dios te regala una señal siempre nueva: Jesús.
“Como Jonás fue un
signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del Hombre para esta
generación” (Lc 11,30)
La deuda externa,
que paraliza la vida de tantos pueblos,
es
una señal.
El movimiento migratorio
de millones de seres humanos,
es
una señal.
Los refugiados
que vienen llegando a nuestras fronteras,
es
una señal
Dios te regala una señal siempre nueva: Jesús.
Todo lo de Jesús es precioso:
su forma de tratar a los
pobres,
sus gestos, su coherencia, su entrega total.
Donde tú estás Jesús,
siempre hay vida.
Tú eres la respuesta a
nuestras necesidades más profundas.
Tú estás presente en
nuestra tarea misionera.
- Señor Jesús:
tú eres el gran signo del amor misericordioso de Dios
para con todos.
tú eres el gran signo del amor misericordioso de Dios
para con todos.
Que nadie se quede
indiferente ante ti.
“Es determinante para
la Iglesia
y para la credibilidad de su anuncio
que ella viva y testimonie
en
primera persona la misericordia” (MV 12).
La Iglesia que es el gran signo de Jesús,
tendrá que
reflexionar
y pensar qué signos está ofreciendo hoy al mundo,
para que el mundo
acepte el Evangelio.
No les demos cualquier signo.
Ofrezcamos aquellos signos que la hacen creíble.
Despójate del manto viejo, acércate al Señor,
y
déjate revestir de su misericordia,
la que te da conciencia de novedad de vida.
Si queremos que
nuestra vida tenga
un sentido para nosotros,
es preciso que tenga un sentido
para los demás.
¡Qué maravilla ser un
signo de luz,
que se transforme en llama!
Comentarios
Publicar un comentario