Lugar de misión
“Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros”. (Jn 15,18-21). Jesús es un líder auténtico y coherente. No se sitúa por encima sino al lado. No dice de oídas ni al margen de lo que anuncia. Su mensaje despierta odio y persecución, y ese es el destino de sus seguidores. Si esperamos lo contrario seguimos a otro. Es injustificable la persecución de los cristianos. Sin embargo, sabemos muy bien que los discípulos no podemos ser más que el Maestro; que si él sufrió persecución quienes le seguimos hemos de esperar persecuciones. Porque ser cristiano es, sobre todo, ser mártir, testigo. Miremos la Cruz, la fuerza que da para seguir, ser testigo. Vale más ser criticados por decir verdades incomodas, que alabados por decir mentiras de conveniencia. Vale más ser rechazados por defender a los débiles, que premiados por hacer el juego a los poderosos. El mundo es el lugar de misión. Jesús no habla de alejarnos del mundo para vivir el Evangelio. Él propo