"Sí" o "No"

 

 


“Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. 
Él le contestó: “No quiero”. 
Pero después se arrepintió y fue." 
(Mt 21,28-32).

El Adviento es un tiempo de conversión: dejar excusas y contradicciones para responder con hechos de amor. El Señor siempre acoge a quienes vuelven a Él con un corazón sincero, y cada día nos ofrece la oportunidad de cambiar.

Espíritu Santo, rompe nuestras resistencias interiores, 
disipa los miedos, derriba nuestras justificaciones 
y enciende el fuego del Evangelio en nuestro corazón

Dos actitudes ante la voluntad de Dios. Una, la de quien no la ve, pero termina discerniéndola, y realizándola. Otra, la que se deja llevar de la impulsividad y pierde la perseverancia. Dos estilos de vivir. Uno, en el reconocimiento de la verdad. Otra, dando buena imagen.


La parábola de los dos hijos nos invita a vivir con coherencia, a ser fieles a nuestras palabras y a abrir nuestros corazones a la gracia de Dios. Nos llama a ser testigos del amor de Dios en nuestra vida, a amparar a todos con amor y misericordia.

Dios no se queda en las palabras, mira las obras. Podemos equivocarnos y rectificar, porque lo que abre el Reino es un corazón que se convierte y camina. Es tiempo de decisiones que se hacen vida.

El amor no es solo una emoción o un sentimiento, es una decisión. No es decir palabras bonitas ni adornar con halagos una conversación. Es ir a la viña si tú padre te lo pide. Es dar la vida por aquel a quien amas. Todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasa jamás. Y esa capacidad de amar no nace de nosotros. No somos la fuente del amor. Amamos porque Dios nos ha amado primero. Todo el que ama ha nacido de Dios.

Hemos de pedir para que el Señor nos ayude a obedecer su voluntad y nuestra vida refleje verdadera conversión y compromiso. Que el Padre perdone nuestros errores y nos guíe en el camino de la justicia y la verdad.

¿Respondo con diligencia al Señor, o soy de los que pongo excusas para no ir? ¿Qué excusas pones para la oración, la misa, ayudar a los hermanos...? No olvides que eres las manos y pies de Jesús. 

Señor, ayúdanos a convertir nuestras palabras en obras y a responder con un corazón sincero a tu voluntad
“Vino Juan y los publicanos y prostitutas le creyeron
” De que vale decir que vamos a hacer las cosas si después las dejamos sin hacer, lo más importante no es la primera respuesta sino el momento en que hacemos lo que debemos y cambiamos la vida para ser fieles a quién nos ama.

Muchos se sienten seguros por el hecho de ser cristianos de toda la vida. Pero Jesús, que viene a salvarnos, nos advierte que los últimos, los que son despreciados por corruptos e infames, esos irán por delante al Reino de Dios, porque de él esperaron la salvación y el perdón.

“los publicanos y las prostitutas 
van por delante de vosotros en el Reino de Dios” 
Tantas veces me desencajas. 
Y aunque he oído en muchas ocasiones este dicho tuyo, hoy me doy cuenta que me lo dices 
con la inminencia de tu venida, 
en pleno tiempo de Adviento…
¿Qué me quieres decir sobre la dinámica de tu Reino, 
y tu predilección por las personas que están marginadas en nuestra sociedad, en nuestro pensamiento, 
en nuestro comportamiento, 
que tantas veces se aleja de ti?

 

 

 

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