Descanso
y yo os aliviaré."
(Mt11,28-30).
Este evangelio lo escuchamos muchas veces a lo largo de una vida. Pero como cambiamos nuestros cansancios y fatigas siempre suena nuevo. Cambian también las circunstancias externas. De la seguridad pasamos al desconcierto y ahí es necesario acudir a Él que nos ofrece sus brazos abiertos, su corazón ardiente, que se vuelven yugo acogedor que es suave, ligero, y alivio para nuestras vidas
Cuando todo parece perdido es cuando se necesita una mano amiga que ayude a llevar las dificultades y te invite a levantar la cabeza. Que nos ayude a descubrir la vida no como un lugar de desesperación sino de esperanza.La invitación de Jesús es a todos los que estáis cansados y agobiados. El cansancio por actividades y relaciones. El agobio de nuestra limitación, de las dificultades, la incertidumbre. Cansancio y agobio que se superan al estilo de Jesús: mansedumbre y humildad.
Estamos cansados de hacer y hacer y no llegar a conseguir lo que buscamos. Estar con Él para descansar, estar con Él para vivir aliviados. Nadie como Él para curar nuestros agobios. Quizá nos estemos equivocando cuando hacemos nuestros planes y no acogemos los que Él tiene para nosotros.
Jesús te llama hoy a ir con él, que aliviará tus cargas. Ese alivio es la paz que nos deja y nos da el Señor
Hoy es la fiesta de san Elías profeta. Esperaba el paso de Dios por su vida de un modo espectacular, pero resultó que llegó de un modo que no se imaginaba.
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