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Todos son de los nuestros

 


"El que no está contra nosotros, 
está a favor nuestro"  
(Mc 9, 38-40)

 

En el seno de nuestra misma Iglesia, tenemos tendencia a poner bandos, a etiquetar a la gente, el teñir de buenos o malos... O empezamos a darnos cuenta que remamos en la misma dirección o no conseguiremos ni levar anclas...

“Porque no es de los nuestros”. Sin duda alguna, esta es una de las expresiones que más posibilidades nos roban como personas.

Si no es 'de los nuestros', nos entenderemos para extirpar el mal, lo haremos juntos, propondremos bien, comprenderé sus motivos, expondré los míos con humildad, celebraremos los éxitos, valoraré su empeño, le hablaré de Él, intentaré que lo conozca bien..

Observar lo que otros hacen para identificarlos con nosotros o hacerlos contrarios. Dividir. Clasificar. Diferenciar. Jesús lo tiene claro. El único criterio a tener en cuenta es hacer bien más allá de palabras y buenas intenciones.

No podemos impedir que la semilla del Reino crezca más allá de las fronteras visibles de la Iglesia. Dios y su Espíritu no son propiedad exclusiva de nadie. Estamos para ayudarnos, activarnos, invitarnos a rendir los talentos. Nunca a enterrarlos.

 


En tu nombre

En tu nombre
recorreré caminos,
afrontaré tristezas,
desvelaré misterios,
veré luz en la niebla,
abrazaré motivos,
renunciaré a la guerra.
Pondré a rendir talentos,
trabajaré la tierra
donde han de echar raíces
tu cruz y tu promesa.

En tu nombre
me opondré a la injusticia,
perdonaré las deudas,
palabras de ternura
escribiré en la arena
daré la espalda al odio,
cinco panes, dos peces
llevaré como ofrenda.

En tu nombre
daré un salto al vacío,
amaré sin reservas
saldré de laberintos
descubriré tu senda,
reiré como un niño
sin miedo a la tormenta,
viviré el evangelio,
me sentaré a tu mesa.


(José María R. Olaizola, sj)


 

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