Vivamos en la verdad
“Cuidad de no
practicar
vuestra justicia
delante de los hombres
para ser vistos por ellos”
(Mt 6,1)
El postureo no es nuevo.
Postureo.
Parecer lo que uno ni de lejos es.
Postureo.
Aparentar ser feliz aunque te quieras morir.
Postureo.
Actuar para conseguir la admiración de los demás.
¿Cómo saber si pretendemos fascinar o dar testimonio del amor.
El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad.
A Dios, "que ve en lo secreto", se lo encuentra "en lo
secreto".
Cuando oras expresas ante Dios tu propia verdad personal, le dices lo
que realmente eres ante Su mirada.
Cuando se vive de cara a Dios, todo se hace con amor y serenidad.
Jesús quiere que:
Vivamos en la verdad.
Pensemos con la verdad.
Seamos testigos de la verdad.
Que es una manera de vivir delante de Dios.
Que es una manera de vivir ante los ojos de Dios.
Que es una manera de ser delante de Dios.
El contacto
con Dios siempre nos lleva al cambio y a una mayor intimidad con Él.
- Señor mío y Dios mío.
Te pido que mi corazón habite en lo secreto de tu presencia
Humilde por
tus caminos, así quiero caminar.
Humilde para
recibir de los demás y de Ti.
Humilde para dar, sin mucho ruido, tu amor.
No te des por
vencido, aunque te tiente la vanagloria.
Tu gloria sea
mirar a Dios en secreto, silenciar el bien hecho:
"Cuando
hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu
limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo
pagará"
“Entra en tu
aposento,
cierra la puerta y reza a tu Padre”
(Mt 6,6)
¡Qué suerte es tener un corazón sin puertas, qué suerte
es tener las manos siempre abiertas!
En la interioridad, sin ruido de palabras y a solas,
enseña el Espíritu el camino de la oración. Busca un lugar silencioso y habla
con el Dios que habita tu corazón.
Dios está presente en cada acto de amor y en cada
compartir.
En cada gesto cotidiano de cariño.
En lo escondido de cada corazón, en la intimidad del
hogar.
El amor auténtico es discreto, no necesita exhibición.
Oigo en mi corazón:
Buscad mi rostro. T
u rostro
buscaré, Señor.
La lógica de
Dios vuelve del revés la lógica humana porque…
Para el mundo lo
lógico es tener poder, mandar, estar arriba.
Para Dios lo
importante es servir, ser el último, hacerse pobre.
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