No te agobies
“Buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os
dará por añadidura”
(Mt 6, 33)
Los afanes y preocupaciones de la vida cotidiana deben
ser algo secundario en los discípulos, porque el Reino de Dios es lo más
importante en su vida.
Así es posible vivir la confianza en el Padre que cuida
de todos sus hijos.
Padre, me pongo en tus manos, dame lo necesario para
vivir el hoy de cada día.
“No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a
comer o beber...“
¿Cómo sonarán estas palabras en los oídos de un emigrante
o de un refugiado?
Realmente la fe es, más que un conjunto de verdades, un
acto de confianza. Y muy grande.
No agobiarse.
No preocuparse en exceso por las cosas materiales.
Que esa preocupación no nos desvíe de la que ha de ser
nuestra mayor ocupación: colaborar para hacer posible el Reino de Dios.
Si te quedas en el agobio, te come la vida.
El futuro te deprime. El pobre sobrevive no gastando
energía inútil. Se ocupa de las habichuelas del día.
Y sabe que Dios no falla
Todo pasa.
Este viaje de la vida es efímero.
No te aferres a nada.
Trata de vivir el día a día con sencillez, humildad y
confianza.
Toda situación por difícil que sea, acaba por resolverse
o desaparecer.
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