Seamos sal y luz
“Alumbre vuestra luz a los hombres,
para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre”
(Mt 5,16).
Los discípulos de Jesús son fermento de una nueva
sociedad cuando en su modo de obrar dejan pasar la luz del Padre.
Intenta que
tus obras reflejen la luz de la fe que llevas dentro.
Te glorifico, Padre, por las obras buenas que hoy has
sembrado en el surco del mundo.
Despierta.
Respira.
Contempla.
Asómbrate.
Agradece.
Haz que vivir
merezca la pena.
Enciende la
llama de la fe para alumbrar un mundo nuevo.
Que arda tu
corazón con entusiasmo.
Estás aquí con
un propósito.
Eres sal y luz.
La vida
encuentra sentido cuando se entrega, cuando abres el corazón y te haces uno con
los demás.
En este mundo
injusto y desigual, podemos encender una luz si acogemos y compartimos.
Que el amor
venza al miedo.
Sal.
No se ve pero
está.
Luz.
Alumbra sin
deslumbrar.
Sal.
Sala, evita la
corrupción y da sabor.
Luz.
Brilla, ilumina
el camino y da calor.
Cuando somos sal
y luz el mundo se llena de paz.
Recuperar la
inocencia es uno de los cometidos más apasionantes de la vida.
Es un
maravilloso regalo de Dios.
Sólo de Él.
La inocencia es
renacimiento, resurrección, vida nueva, volver a nacer.
Es la aparición
de la bondad, la belleza y la verdad en la fragilidad humana.
Si tienes alguna
debilidad, que sea por amar incondicionalmente a la humanidad.
Los seres
humanos estamos llamados a complementarnos unos con otros.
Nos atraemos secretamente.
Estamos llamados
a ser UNO.
Escucha esa
llamada en tu corazón.
Y procura que
este, esté limpio
¿Cómo eres y
cómo podrías ser sal y luz?
Esta oración, inspirada en un texto de Mahatma
Ghandi, nos puede ayudar:
Enséñame a ser sal de la tierra y luz del mundo.
Ayúdame a regalar una sonrisa a quien nunca la ha tenido.
A hacer volar un rayo de sol hasta allí donde reina la noche.
A descubrir una fuente y hacer que se bañe en ella quien vive en el fango.
A tomar una lágrima y ponerla en el rostro de quien nunca ha llorado.
A tomar el valor y ponerlo en el ánimo de quien no sabe luchar.
A descubrir la vida y contársela a quien no sabe captarla.
A tomar la esperanza y compartirla con quien se siente fracasado.
A tomar la bondad y dásela a quien no sabe dar.
A acoger el Amor y dárselo a conocer al mundo.
Enséñame a ser sal de la tierra y luz del mundo.
Ayúdame a regalar una sonrisa a quien nunca la ha tenido.
A hacer volar un rayo de sol hasta allí donde reina la noche.
A descubrir una fuente y hacer que se bañe en ella quien vive en el fango.
A tomar una lágrima y ponerla en el rostro de quien nunca ha llorado.
A tomar el valor y ponerlo en el ánimo de quien no sabe luchar.
A descubrir la vida y contársela a quien no sabe captarla.
A tomar la esperanza y compartirla con quien se siente fracasado.
A tomar la bondad y dásela a quien no sabe dar.
A acoger el Amor y dárselo a conocer al mundo.
Amén.
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