Enviados en misión de Dios.
“Irá delante del Señor”
(Lc 1,17).
Las lecturas son
anuncios de nacimiento.
Y especialmente de la vocación que recibirá el que va a
nacer. Buenas nuevas de parte de Dios para quienes las reciben.
En el anuncio a
Zacarías, además, se destaca la alegría, la presencia del Espíritu Santo en el
anunciado Juan y su misión de preparar al pueblo.
Quien recibe la noticia tiene
que aceptarla y creer en ella; si no es así, no será capaz de comunicarla a los
demás.
- Señor, que aprendamos a escuchar y acoger tu palabra
como una buena noticia que llena el corazón de alegría y llama a una misión.
Jesús nos espera en el rostro de los demás, en su voz, en
sus reclamos.
¿Descubro mi vocación misionera en la disposición permanente de
llevar a otros el amor de Jesús?
Salgamos, salgamos a ofrecer a todos
la vida de Jesucristo” (EG 49).
Señor: Tú fuiste concebido en el silencio de una virginidad
generosa. Tú naciste en el silencio de la noche. Regálame el silencio de la
virginidad de mi corazón para que te reconozca en esta navidad.
Regálame el
silencio donde cada día pueda escucharte y comience a renacer.
Regálame el silencio,
para que en el silencio de Nochebuena, mis ojos puedan reconocerte.
La Navidad:
Un nacimiento en la oscuridad de la noche.
Un
nacimiento en la oscuridad de la razón Un nacimiento que se convierte él mismo
en luz.
Un nacimiento que comienza por fiarnos de la Palabra.
Un nacimiento que
comienza no por la razón sino por la fe.
Un nacimiento que comienza por una
virgen.
Un nacimiento que se anuncia en la fecundidad de unos ancianos. Todo comienza
por la fe.
Todo comienza por fiarse de la palabra.
Todo comienza por hacerse
disponible aunque no entendamos.
Oye, Señor…Dame confianza en ti,
sabes que tengo miedos,
que no sé abandonarme,
y necesito el control de todo.
Sé que Tú eres la roca que me salva,
que me tienes siempre abrazado
y que me llevas de tu mano,
pero no me lo termino de creer.
Soy como un niño con miedo a caer,
y aunque me llenas de tu esperanza,
no termino de dejarte invadirme del todo
y vivo contigo y sin ti constantemente.
Toma Tú la iniciativa, Señor.
No dejes que mis dudas guíen mi vida.
Sé Tú el que me guíe y llévame
hacia las fuentes tranquilas de tu Amor.
Dame la fe de María,
la confianza de José,
el amor de Zacarías
y la fecundidad de Isabel.
Hazme como Tú quieras, Señor.
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