Vió, creyó, contó
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“EL PRIMER DÍA DE LA SEMANA,
MARÍA MAGDALENA
ECHÓ ACORRER
Y FUE DONDE ESTABA SIMÓN PEDRO
Y EL OTRO DISCÍPULO,
A QUIEN TANTO
QUERÍA JESÚS,
Y LES DIJO:
SE HAN LLEVADO DEL SEPULCRO AL SEÑOR
Y NO SABEMOS
DÓNDE LO HAN PUESTO"
(Jn. 20, 2-3).
La celebración de ayer hablaba del testimonio de Esteban.
Hoy es el apóstol Juan quien da testimonio de lo que él y sus compañeros han
visto, escuchado y vivido junto a Jesús.
Y especialmente de la
resurrección.
El amor le hizo correr hacia el sepulcro vacío, le
abrió los ojos para creer y le convirtió en transmisor de esta fe.
Con un
objetivo muy claro: vivir en comunión y compartir la alegría con el Padre,
con Jesucristo y con toda la comunidad.
Muchos de nuestros contemporáneos no saben dónde está
Jesús. María Magdalena, una mujer que ama a Jesús, es imagen de las familias,
llamadas por el Espíritu a señalar siempre el milagro de la vida.
¡Qué bella es
esta vocación!
Caminemos familias, sigamos caminando, sin renunciar a buscarla
plenitud de amorque ha traído Jesús.
Hijo del Zebedeo y hermano de Santiago, los dos que siguieron la llamada del Maestro a primera hora.
Según la tradición es el autor del cuarto evangelio,
con una redacción muy personal.
«San Juan Evangelista nos ha regalado la
experiencia más sublime del amor de Cristo.
Su. Evangelio y sus cartas muestran
su itinerario de fe, marcado por la pasión en el seguimiento del Señor, muerto
y resucitado» (Papa Francisco).
• Señor Jesús: ¡que tengamos el gozo profundo de poder comunicar tu presencia entre nosotros!
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