Jesús, luz del mundo.
“¿Con
qué autoridad haces esto?”
(Mt 21,23)
los que interrogan a Jesús no lo han aceptado como la luz o
estrella que ilumina al mundo (Nm 24, 2-7).
Las palabras de Jesús
quieren provocar la reflexión.
Pero la respuesta («no sabemos») delata la
actitud de no querer comprometerse.
En el fondo quizás pretenden, con orgullo,
que Dios actúe cómo ellos piensan.
El Adviento es una llamada a acoger el
proyecto salvador de Dios, que a veces supone renunciar a los nuestros.
- Dios y Padre nuestro: no nos dejes caer en el peligro de
recorrer los caminos de la vida prescindiendo de ti y de tu palabra.
Jesús enseña con la autoridad que el Padre le ha dado.
Así
vence los miedos.
¿Cómo hago presente la cercanía de Jesús y la ternura de su
mirada?
“Nos entretenemos vanidosos hablando sobre «lo que habría
que hacer» —el pecado del «habriaqueísmo»— como maestros espirituales y sabios
pastorales que señalan desde afuera. Cultivamos nuestra imaginación sin límites
y perdemos contacto con la realidad sufrida de nuestro pueblo fiel” (EG 96).
Con la autoridad que nos viene de Ti, Amor que ya llegas,
concédenos la gracia de sonreír siempre, de ir desentonando con el mundo a base
de sonrisas, para que el mundo entienda que “algo nuevo está brotando”:
la Alegría del Evangelio.
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