El Amor es la norma suprema.
”El vino nuevo se echa en odres nuevos”
(Mt 4,17)ç
A los fariseos les preocupan «las leyes», no la Ley.
Si lo Pensamos
bien a nosotros nos sucede algo parecido.
Nos cuestan los cambios y sobre todo nos cuesta poner
nuestra confianza en Dios.
Siempre aparece algún teólogo fariseo que se escandaliza
y nos llama a mantener estructuras que no convencen a nadie pero que nos dan
seguridad.
El Evangelio es un buen pedagogo que nos lleva a la Ley
de Cristo.
No más rigidez, normas frías ni
apariencias.
Sí a la ternura y
la misericordia.
El hombre vale
más que la ley.
El Amor es la
norma suprema.
Que todos puedan
comer y nadie muera de sed.
Que tengan un
techo que les cobije y un lecho donde dormir.
Que nadie mire
con odio.
Ese ayuno.
"Vino nuevo
en odres nuevos".
Danos un corazón
nuevo que nos desinstale cada día de la monotonía y lo viejo.
- Señor, lléname de tu amor y de tu gracia.
El Reino que llega con Jesús no puede ser acogido con una
simple reforma, sino que requiere un cambio y una renovación radicales.
Lo nuevo que llega con Jesús siempre tiene que ver con el
Amor que ensancha la vida.
Espíritu Santo, limpia mi odre viejo para ofrecer el
gozo de tu Presencia a los hermanos.
Señor: Gracias porque me enamoras.
Señor: Gracias porque me invitas a la vivir de la fiesta.
Señor: Gracias porque cada domingo nos reunimos a la fiesta de tu Pascua.
Señor: Gracias porque en vez de un estómago vacío prefieres un corazón lleno de alegría.
Señor: Gracias porque me enamoras.
Señor: Gracias porque me invitas a la vivir de la fiesta.
Señor: Gracias porque cada domingo nos reunimos a la fiesta de tu Pascua.
Señor: Gracias porque en vez de un estómago vacío prefieres un corazón lleno de alegría.
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