Dar a conocer el tesoro de la fe
“El hijo del hombre ha venido
para servir y dar su
vida”
(Mt 20,28)
¡Qué bien describen a Jesús estas palabras!
Vino para dar
vida a todos.
Dio vida sirviendo a todos.
Imagina a Jesús a tu servicio,
dándote lo mejor.
Asómbrate de la locura de ese amor.
No sé qué decir, Señor.
No sé casi nada.
Solo sé que
me amas con un amor que no termino de entender.
Santiago, como todos los apóstoles, es
mensajero del Evangelio.
Según dice la tradición, evangelizó España, en medio de
toda clase de dificultades.
Hoy es un buen día para dar gracias a Dios por el tesoro
del Evangelio, anunciado por Santiago y por los cristianos que tomaron y
transmitieron la antorcha de la fe hasta llegar a nosotros, una antorcha que
tenemos que seguir transmitiendo.
Señor Jesús, Tú me llamas, como llamaste a Santiago,
cuando estaba en la barca con su padre y su hermano.
Y yo quiero responderte como él, sin excusas, sin
dejarlo para mañana; quiero responder a tus llamadas, a las llamadas de la
conciencia y de los hermanos, con prontitud, inmediatamente.
Señor, tu cercanía, tu amor, tus palabras cambiaron radicalmente la vida del Apóstol
Señor, tu cercanía, tu amor, tus palabras cambiaron radicalmente la vida del Apóstol
. Aquel hombre violento, hijo del trueno, buscador de
grandezas, dispuesto a pedir fuego del cielo para consumir una ciudad que no te
recibió; no muchos años después, cuando llegó el momento de morir martirizado,
no se echó atrás y lo dio todo.
Ayúdanos a estar cerca de ti, a acoger tu Palabra y tu
amor, para que nuestra vida cambie, como se transforma el barro en manos del
alfarero.
Señor, Tú hiciste de Santiago un gran evangelizador.
Señor, Tú hiciste de Santiago un gran evangelizador.
Con la ayuda de la Virgen, tuvo claro que no se podía
guardar para sí el tesoro de su fe y la anunció con mucho valor a pesar de
dificultades y persecuciones, convencido de que cuantos más reciban la gracia,
mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios Padre.
Qué nuestras palabras y nuestros compromisos, nuestra
alegría y nuestra esperanza anuncien a todos que Tú, Jesús, eres el Amor que
siempre nos acompaña y nos salva y el Camino que nos conduce a la Felicidad más
grande.
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