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Mostrando entradas de septiembre, 2025

Leer

  Hoy recordamos a San Jerónimo que  dedicó su vida al estudio y traducción de las Escrituras. Fue un hombre de Dios que no temió, pese a las grandes dificultades que encontró en su vida. ¿Cómo es tu relación con la Palabra de Dios? ¿Dedicas tiempo a leer y meditar la Biblia? Ora pidiendo un amor profundo a las Escrituras e implora la sabiduría necesaria para comprenderlas y aplicarlas en tu vida diaria, para no rechazar a los mensajeros de Dios cuando parecen dirigirte a lugares que te inquietan. Una estima por la Sagrada Escritura, un amor vivo y suave por la Palabra de Dios escrita es la herencia que san Jerónimo ha dejado a la Iglesia a través de su vida y sus obras.  Escribió San Jerónimo: «Cuando san Juan, el discípulo amado, era ya muy viejito lo llevaban a las reuniones de los cristianos y lo único que les decía era: “hermanos, ámense los unos a otros”.  Repetía siempre lo mismo, pues y si lo cumplimos, todo lo demás vendrá por añadidura»  “Todas mi...

Una decisión

  "Pero no lo recibieron."     (Lc 9,51-56).   Jesús no vivió instalado en el éxito. Tuvo sus seguidores y sus detractores. Los que se admiraban de sus palabras y los que detestaban su presencia. En la aldea de Samaría le rechazaron abiertamente. ¿Cómo vivimos nosotros el rechazo? Santiago y Juan con un rencor expresado en el deseo de aniquilar y de acabar con los samaritanos. La impotencia de los discípulos pretenden traducirla en violencia. Que el fuego acabe con aquellos que no los reciben. Jesús reprende ese sentimiento en ellos. Jesús les regaña. Este no es el estilo del Reino. "Amad a vuestros enemigos" , les dirá. Y la vida sigue, y Dios está con nosotros, y somos valiosos. Y vamos a otra aldea que nos acoja. “Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén”.   Jesús, el Siervo del Amor, está decidido a ir a Jerusalén, donde le espera la cruz. Quiere que el Plan del Padre se cumpla plenamente en él, a través de su Pascua. Aprende de Jesús que en el ca...

Instrumentos de Dios

  «Veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios  subir y bajar sobre el Hijo del hombre» .   (Jn1,47-51). «¿De qué me conoces?» Le preguntó Natanael a Jesús. Nos atrevemos a preguntarle cuando nos encontramos con él, sin darnos cuenta que desde el principio de ser engendrados su mirada ya estaba sobre nosotros, y lo único que nos faltaba era atrevernos a mirarle y llevar adelante lo que nos pide en la vida. Él nos ve. Pero no para llevar 'cuenta de los delitos', nos ve porque nos quiere. Nos ve para no estar lejos. Nos ve porque le preocupamos, porque nos ama. Su mirada es de misericordia. Es una mirada compasiva, dispuesta a ayudar... ¿le dejamos? No quiere saltarse nuestra libertad, ama la libertad porque nos ama a nosotros como somos. Nos ve pero no impone, propone.   Señor, aclara mi mirada para que se vuelva hacia Ti. Ahora que estoy sediento, sáciame. Ahora que soy débil, fortaléceme. Dame tu Espíritu. Señor, dame un corazón sencillo y sincero para rec...

Verlos

    “ Con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico”     (Lc 16,19-31).   La parábola nos muestras, una vez más, la gran injusticia social de los que tenemos hasta hartarnos, los que vivimos sin problema una vida cómoda y regalada, y la muchedumbre que pasa hambre, sed, está desnuda, llagada, en los márgenes de nuestra sociedad que es del bienestar de unos pocos. Están en nuestras calles, en nuestros trabajos... hermanos nuestros, 'Lázaros', que sangran, que tienen necesidad, que se conformarían con un poco de lo que a nosotros nos sobra. Están a nuestro lado, no seamos indiferentes, nos necesitan, no miremos para otro lado. Verlos supone pararse, curar, cuidar, cambiar de camino, acompañar, conocer y amar.    Señor, abre mis ojos y  mi corazón para reconocer y servir a quienes más lo necesitan.  Los vemos con mirada compasiva, nos acercamos, nos paramos, cuidamos, conocemos, amamos. No damos las sobras, damos lo que somo...