Hoy recordamos a San Jerónimo que dedicó su vida al estudio y traducción de las Escrituras. Fue un hombre de Dios que no temió, pese a las grandes dificultades que encontró en su vida. ¿Cómo es tu relación con la Palabra de Dios? ¿Dedicas tiempo a leer y meditar la Biblia? Ora pidiendo un amor profundo a las Escrituras e implora la sabiduría necesaria para comprenderlas y aplicarlas en tu vida diaria, para no rechazar a los mensajeros de Dios cuando parecen dirigirte a lugares que te inquietan. Una estima por la Sagrada Escritura, un amor vivo y suave por la Palabra de Dios escrita es la herencia que san Jerónimo ha dejado a la Iglesia a través de su vida y sus obras. Escribió San Jerónimo: «Cuando san Juan, el discípulo amado, era ya muy viejito lo llevaban a las reuniones de los cristianos y lo único que les decía era: “hermanos, ámense los unos a otros”. Repetía siempre lo mismo, pues y si lo cumplimos, todo lo demás vendrá por añadidura» “Todas mi...