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Bienaventurado

 


"Invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; 
y serás bienaventurado, 
porque no pueden pagarte."
 (Lc14,1.7-14).

Hoy Es importante y necesario situarnos bien en la vida. Saber el puesto que tenemos en las relaciones. Conocer el lugar que nos corresponde en las organizaciones. Seremos sencillos y creceremos en humildad, que no es más que la verdad de lo que somos. Comencemos, de nuevo, a vivir plenamente la virtud de la humildad. Dejar de mirarnos el ombligo, de pensar siempre en nuestras propias necesidades…


La humildad es ser libre de uno mismo. Quien se engrandece parece no haber encontrado nada más interesante que sí mismo. Pero quien ha comprendido que es muy valioso a los ojos de Dios, tiene cosas más grandes de las que gloriarse y posee una dignidad que brilla por sí sola. 

"Invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte." Hoy nos invitas a amar la imperfección. Nos pasamos la vida en la autoexigencia de mostrarnos intachables y perfectos. Cuando la realidad se nos muestra llena de límites y errores. Jesús habla del Reino como un espacio de gratuidad donde todos tenemos un lugar reservado, los ciegos, los lisiados, los pobres. La Iglesia no es un museo de excelencia, es una familia que abraza los límites de unos y otros, y que Dios abraza y celebra nuestra realidad amándola.

Señor, ayúdame a reconocer tus dones 
y a vivir con una actitud de servicio y humildad, 
siempre dispuesto a compartir con los demás 
aquello que poseo. 
 Especialmente con quienes sé 
que no me pueden corresponder. 
Amén.

 

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