El Reino de los Cielos pertenece a quienes tienen un corazón sencillo, confiado y humilde como los niños. En un mundo lleno de complicaciones, de injusticia y mentiras, acuerdos interesados en explotar a los más débiles, la propuesta de Jesús es poner a los más pequeños como modelo de los que entrarán a formar parte del reino de los cielos. ¡Y preferimos las mascotas a los niños!
Hoy el Señor nos invita a tener un corazón puro y sencillo como los niños. Ora al Padre para que te dé la gracia de vivir con un espíritu sencillo, sin grandes aspiraciones ni vanidades; confiando plenamente en su amor y protección.
Señor, ayúdame a tener un corazón humilde y confiado como el de los niños para vivir siempre cerca de Ti.
La Virgen María es la que mejor encarna el corazón de un niño: sencilla, humilde, confiada. En ella se cumple de manera plena lo que Jesús alaba en los pequeños. Y, como Madre, nos conduce también a vivir con corazón de hijos para entrar en el Reino.
Virgen María, Madre nuestra,Tú viviste con la sencillez y la fe
de una hija pequeña en manos del Padre. Enséñanos a caminar como tú, abiertos a la voluntad de Dios, con alegría, pureza y esperanza.
Que bajo tu manto aprendamos a dejarnos abrazar por Cristo, y que, como los niños, sepamos vivir en la certeza
de que somos amados por Dios. Amén.
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