Ir al contenido principal

Gratis

 


"Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis"
.
 

(Mt 10,7-15).

Jesús hace presente el Reino de Dios: transforma corazones y relaciones con salvación, justicia y misericordia. Anunciarlo es acercar a Dios con palabras y gestos de amor y liberación

Señor Jesús, Tú que enviaste a tus discípulos a anunciar el Reino, renueva hoy a tu Iglesia y haznos portadores 
de tu paz y misericordia,  especialmente entre los pobres y excluidos.

"Curad enfermos, resucitad muertos, 
limpiad leprosos, arrojad demonios."
Lo que nos pides Señor en una primera instancia nos supera.
Nos vemos incapaces, nos parece imposible.
Pero nos invitas a vivir lo que tú mismo vives.
Se resume en amar lo imperfecto y lo roto. 
Amar lo sano, no
enfrentar la muerte, ni tocar lepras, es lo que nos gustaría.
Pero nos envuelve la enfermedad, la muerte, la lepra, lo que divide, los demonios. Gracias por enviarnos a la realidad, imperfecta, limitada, dolorosa.Pero la amamos y la intentamos sanar, porque tú, Jesús la amas.

No hay algo que no hayamos recibido. Todo es don. Somos receptores en el ser y tener. No nos hacemos a nosotros mismos. Dependemos de otros y de Otro. Experimentar la gratuidad del don recibido nos impulsa a compartir lo que no es nuestro y hace bien a los demás.


Si el seguidor de Jesús es, por esencia, evangelizador, por haber recibido lo que anuncia, su cualidad más reconocible es la gratuidad. Lo pide el mismo Señor: "Gratis habéis recibido, das gratis". De lo contrario, se desvirtúa el mensaje y se traiciona el discipulado

 
Gratis habéis recibido, dad gratis. 
 Nunca está de más recordar esta palabra tuya….
tú me lo has dado todo gratis, 
haz que todo te lo devuelva gratis….
sin esperar nada a cambio, 
renunciando a todo lo que me separa de ti, 
a ponerme en el centro, a engordar mi ego. 
Hazme gratuito, sin tensiones ni pretensiones.


«Gratis habéis recibido, dad gratis»
Lo que no cuesta no se valora, pero aquí hablamos de dones que se dan para compartir, para saber que esto no es por nuestros méritos sino por su misericordia y entonces vemos que lo que se nos dio debemos darlo para que llegue a todo el mundo.

 Gratis hemos recibido la fe, gratis tenemos que contagiarla, ofrecerla, mostrarla. Gratis es la relación con Él, es una relación de amistad que hay que cuidar, que hay que aceptar con gozo, que hay que contagiar a otros con generosidad. Gratis es la propuesta de seguirle. Gratis tenemos que transmitir la fe, dar testimonio, vivir su amistad, proclamar la Palabra. Ha dado su vida gratis por nosotros, sin merecerlo, sin hacer nada a cambio. 



Señor, escucho tu llamada de nuevo.
Una y otra vez me llamas, aunque me haga el sordo en demasiadas ocasiones. 
Eres tozudo, Señor.

Me llamas y me envías. Nos envías, de dos en dos. No quieres que vaya solo.
Mi fe se apoya en Ti
y en mi compañero de misión.
Mi compañero se apoya en Ti
y en mi.
 

 No quieres que lleve muchas cosas.
Un bastón y nada más.
Ni pan, ni alforja, ni dinero...
Para cumplir tu misión
no necesito casi nada.

Para transmitir tu amor
sólo es preciso que me deje amar por Ti
y que ame, sirva y me entregue como Tú.

Para transmitir tu perdón
sólo es necesario que me deje perdonar por Ti
y que perdone como Tú me perdonas.

Para transmitir tu Palabra
sólo es menester que abra mis oídos para escucharte
para que mis palabras y mi vida hablen de Ti.

Para transmitir tu alegría
sólo es preciso que mi corazón se acerque al tuyo,
para que ni la peor noticia arrugue mi sonrisa.

Para transmitir tu consuelo
sólo es necesario que ponga en tus manos mis agobios
y contagie mi esperanza a los que sufren.

Me has llamado, Jesús.
Tú sabes lo que haces.
Aquí estoy. Envíame.

 


Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...