Dejarse inundar

 


"Como has sido fiel en lo poco, entra en el gozo de tu señor".

(Mt 25, 14-30). 

Que no entierre mis talentos

Señor, al final del tiempo ordinario,
nos enfrentas a las grandes preguntas de la vida.
No quieres que perdamos el tiempo,
que nuestra vida sea inútil, vacía, sin fruto, gris y triste.
Por eso nos dices que valoremos los talentos y cualidades
que nos has entregado y que los desarrollemos con esfuerzo,
trabajo, constancia y tesón.
Sabemos que el fruto que tú esperas de nosotros
es proporcional a las capacidades que hemos recibido de ti,
pero no toleras la vagancia,
la pasividad del que entierra lo que le has dado.
Te agradezco, Señor,
lo que soy y quiero ser un regalo para los que has puesto a mi lado,
acepto mis limitaciones haciendo rendir las potencialidades lo más posible,
tú suplirás lo que haga falta y me darás el cielo.
Y hoy, Señor, queremos dejar que nos cale tu gracia,
poniendo nuestros talentos al servicio de los demás
para llenar de colores y alegría la tierra.

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