Él está cerca
" Y nosotros qué tenemos que hacer " (Lc 3,10-18)
Vive el día de hoy.
Es tu tiempo.
Dios te lo da.
Vive.
Goza.
Alienta la esperanza.
Trabaja con sosiego tus heridas.
El mañana es de Dios.
Espera abriendo vías de paz.
El pasado está perdonado.
Mantén la frágil tensión de construir puentes frágiles de
amor mutuo.
Sirve.
Todo ha de ser cuidado y medido con delicadeza y con
pasión.
Cada palabra, cada gesto, cada pequeño servicio han de
nacer del corazón y dirigirse a otro corazón.
Es así como se va recreando y fortaleciendo la verdad o
la evidencia primigenia, natural.
La enseñada por Jesús.
………
Alégrate hermano, hermana.
Inunda de energía positiva tu mente y tu corazón.
Quiérete, perdónate.
Agradece cada mañana que despiertas y respiras.
Mira la luz del amanecer, llénate de vida y esperanza.
Dios viene.
Sonríe con todo tu ser.
Busca dentro de ti la luz que te da vida, la llama que te
enciende, el amor primero que te sostiene.
Todo es gracia.
Deja que se asome por tus ojos, por tu boca, que ilumine
tu rostro y alumbre para todos la esperanza.
No tengas prisa.
No vas a ninguna parte.
No corras.
Ve despacio.
Estate en ti mismo y estarás dispuesto para tus hermanos.
Estate en el Señor y no dudarás en servir a cada paso del
camino.
Todo es sencillo, cuando el corazón está alegre y
consciente.
Vive sosegado y en paz.
Él está cerca.
Muy cerca de ti.
En el centro de tu pueblo y de sus sufrimientos
Pasea.
Respira.
Escucha.
Contempla.
Celebra con tus hermanos.
Alégrate.
Gózate.
Gusta.
Palpa un amor indecible entre la niebla y el canto de las
aves.
Sonríe.
No juzgues.
Ora a tu Padre.
Ven, Señor
En nuestra preparación hacia la Navidad, hoy sentimos
mucha, mucha alegría.
Porque el Señor está cerca.
Hoy es un domingo para el gozo con el Señor.
"Estad
siempre alegres en el Señor;
os lo repito, estad alegres.
El Señor está
cerca".
(Flp 4, 4-7)
Llénanos el corazón con la alegría de tu venida.
Hoy, domingo "gaudete" en que se nos invita a
regocijarnos por la venida de la Navidad, te conviertas en portador de luz,
alegría y gozo para todos los que sienten el peso de la desesperanza y el
pesimismo.
La alegría, de la que habla el III Domingo de Adviento,
representa una dimensión, la "festiva", que los cristianos deben
redescubrir a toda costa en este mundo que muere de aburrimiento y tristeza,
¡enfermo de amor!
El Adviento es un acto de resistencia: es creer en el
hombre, pero, sobre todo, es creer en Dios.
Estamos en el tercer domingo del tiempo de Adviento, el
domingo de la alegría.
Las calles ya se han iluminado y llenado de color
navideño.
La alegría a los cristianos nos viene de que el Señor
está cerca, “el Señor está en medio de ti”.
El Señor te acompaña.
No estamos solos, no caminamos por la vida dejados de la
mano de Dios, él camina a nuestro lado.
Que vuestro corazón se alegre con la noticia de que Dios
está en medio de vosotros, nos acompaña.
Observando la encarnación de Dios y su muerte en la cruz,
sabremos que Dios ha asumido nuestros sufrimientos, que conoce nuestras
debilidades y también ha experimentado la muerte.
Nuestro Dios comparte nuestro destino con nosotros, y
esto nos llena de alegría y esperanza.
ESTOY
ALEGRE, SEÑOR
Porque
Tú vienes, y yo salgo a tu encuentro
Porque
son muchos, los nubarrones en el cielo de mi vida
Porque
Tú iluminas las noches más oscuras de la humanidad
Porque,
con muy poco y contigo, nos alegras
Porque,
tu presencia, es la mayor riqueza que uno puede tener
ESTOY
ALEGRE, SEÑOR
Porque,
la Navidad, es oxígeno en medio de la asfixia
Porque,
la Navidad, es el amor que se desborda
Porque,
la Navidad, es regalo del cielo que se vende gratuitamente
Porque,
la Navidad, se descubre con las tijeras de la fe
ESTOY
ALEGRE, SEÑOR
Porque
la estrella la veo al fondo del horizonte del adviento
Porque
mi corazón se hace pesebre para tu nacimiento
Porque
mis ojos me dicen a quién adorar y ante quien no postrarme
Porque
mi razón mi dicta qué caminos elegir para llegar hasta Ti
ESTOY
ALEGRE, SEÑOR ¡CÓMO NO ESTARLO!
Si Tú,
Señor, eres la Navidad
Si Tú,
Señor, eres Navidad
Si Tú,
Señor, eres adorno y estrella, dulce y mesa por Navidad
Si Tú,
Señor, eres la mejor lotería para la salud del corazón
ESTOY
ALEGRE, SEÑOR
Tú, te
lo digo ahora, eres la causa de mi felicidad
Tú, te
lo decimos ahora, eres la fuente de tanta dicha
Tú, te
lo decimos ahora, eres la razón de tanto regocijo
Tú, te
lo gritamos ahora, eres el germen de la emoción que yo siento
Amén.
Javier Leoz
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