Benedictus
“Nos visitará el Sol
que nace de lo alto”
(Lc 1,39-45)
Esta oración del "Benedictus" es uno de los cantos
más hermosos de alabanza a Dios: Bendecir y alabar a Dios en todo momento y
ocasión porque ha venido a quedarse a nuestro mundo para siempre.
La ternura del corazón de Dios ha bajado de lo alto para
disipar las sombras de muerte.
Sí, ha nacido el día; sí, esta noche santa contemplaremos a nuestro Dios en la ternura y fragilidad de nuestra carne.
Sí, ha nacido el día; sí, esta noche santa contemplaremos a nuestro Dios en la ternura y fragilidad de nuestra carne.
Esta noche no la debemos dormir: cantemos, bailemos,
comamos, todos juntos porque Dios va a nacer.
Esperar es belleza.
La espera acopla las inquietudes del alma y las orienta
hacia la luz con colores vivos.
Cuando se ofrece la oportunidad de aprender a esperar, es
preciso aprovecharla.
Son muchas las virtualidades de la espera.
El Señor está por llegar.
Noche de paz.
Familias que se reúnen para cenar y celebrar.
Villancicos, alegría, y un corazón dispuesto para el Amor.
Noche en que la luz de Dios vence a las tinieblas del mundo.
Nochebuena.
¿Dónde nace Jesús?
¿Para quién nace?
Nace entre los pobres, los sin techo.
Nace en los que salen de su tierra.
Nace en los heridos por la vida.
Nace entre los locos que sonríen y confían.
Nace en el corazón de los que acogen y comparten.
Nace en cada niño que nace.
Contempla la coherencia de lo que es y despierta la Navidad.
Un pesebre que da luz y vida por los barrios de pobrezas
infinitas y por los mares de muertes anunciadas.
Y al pobre hijo de María, ayer y hoy, naciendo entrañado con
los pobres, los pequeños y los olvidados.
Míralo.
Despierta sensibilidad y corazón.
Entiende y no pierdas la Buena Noticia:
Nochebuena, Navidad, Jesús Niño.
Recupera en Él la inocencia pérdida.
Aleja insensibilidad de tu herido y duro corazón de adulto.
¡Ay!
Hay tantos niños como este Niño.
Recupera ternura, entrega.
Y sueña.
Llega la Navidad, y Cristo está a punto de nacer entre
nosotros.
Experimenta su amor, y deja que este nacimiento se produzca
cada día del año
Hoy me siento bendecido
Hoy me siento bendecido por ser quien soy.
Hoy me siento bendecido por ser como soy.
Hoy me siento bendecido porque mi Dios sabe quién soy.
Hoy me siento bendecido porque mi Dios me quiere como soy.
Y tú, ¿por qué te sientes bendecido?
“Jesucristo es el
rostro de la misericordia del Padre”.
Siempre que me
visitas, Señor, se me llena de alegría el corazón.
Señor:
Siglos de espera, pero mereció la pena.
Siglos de espera, pero ya estás entre nosotros.
Siglos de anuncio, pero donde la “palabra se hace carne”.
Hoy nos reuniremos todos.
Porque tu nacimiento es el acontecimiento de Dios.
Porque donde un pesebre se hará cuna de Dios.
Porque donde habrá silencio en la tierra.
Pero habrá canto en los cielos.
Porque los pobres hemos sido recuperados por Dios.
Porque los pobres nos hemos convertido en anuncio de Dios.
Porque los pobres nos hemos hecho voz de Dios en la tierra.
Siglos de espera, pero mereció la pena.
Siglos de espera, pero ya estás entre nosotros.
Siglos de anuncio, pero donde la “palabra se hace carne”.
Hoy nos reuniremos todos.
Porque tu nacimiento es el acontecimiento de Dios.
Porque donde un pesebre se hará cuna de Dios.
Porque donde habrá silencio en la tierra.
Pero habrá canto en los cielos.
Porque los pobres hemos sido recuperados por Dios.
Porque los pobres nos hemos convertido en anuncio de Dios.
Porque los pobres nos hemos hecho voz de Dios en la tierra.
Bienvenido, Señor.
Eres niño en la pobreza.
Pero eres el comienzo de la salvación.
Esta noche veremos las primeras lágrimas de Dios en la tierra.
Esta noche escucharemos los primeros gemidos de Dios en la tierra.
Esta noche contemplaremos la primera sonrisa humana de Dios.
Te esperamos, Señor.
Y desde ya nuestra mejor bienvenida.
Serás un niño, pero serás Dios con nosotros.
Abre nuestros ojos para que podamos reconocerte.
¡Bienvenido, Dios encarnado!
Eres niño en la pobreza.
Pero eres el comienzo de la salvación.
Esta noche veremos las primeras lágrimas de Dios en la tierra.
Esta noche escucharemos los primeros gemidos de Dios en la tierra.
Esta noche contemplaremos la primera sonrisa humana de Dios.
Te esperamos, Señor.
Y desde ya nuestra mejor bienvenida.
Serás un niño, pero serás Dios con nosotros.
Abre nuestros ojos para que podamos reconocerte.
¡Bienvenido, Dios encarnado!
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