“Cuando oréis decid: “Padre” (Lc 11,2). Los discípulos fascinados por las palabras y gestos de Jesús se preguntan: ¿De dónde le nace tanta vida al Maestro? Por eso le piden que les muestre el manantial que lleva en el interior, que les enseñe a orar, que les revele “eso” que le lleva a entregar la vida, gratuitamente, por los caminos. Acoge en silencio profundo la palabra más bella, más entrañable y más nueva que Jesús lleva en su corazón: ¡Abba! ¿Cuántas veces has dejado de orar? Por dejadez, desánimo...hay mil causas. El Padre es bueno, te espera paciente y sabe que en el fondo de tu corazón anhelas estar cerca de Él. Dile confiado: "Señor, enséñame a orar" En este mundo a veces tan chato y funesto donde pareces no estar, Señor, enséñanos a orar. Sí, enséñanos a orar, a tener claro y a recordar que somos tuyos y no nuestros. Orar es conectar con la raíz del ser; es entrar en la onda del Padre, sintonizar con su amor; es
Un camino dejado para imitarla. Un camino dificil en la sociedad de hoy, pero con amor, posible de andar. Me alegro junto con toda la Iglesia en esta fiesta.
ResponderEliminarAbrazos
Yo quisiera caminar por ese camino, pero para mí se hace difícil, por eso necesito siempre de la oración de los demás. En el Credo afirmamos que creemos en la Comunión de los Santos. Esa comunión la veo en la oración de la Iglesia cuando rezamos los unos por los otros.
ResponderEliminarEn nuestra debilidad Dios es nuestra fortaleza.
Que gran santa y doctora de la Iglesia! Que ella nos ayude a vivir este mes con auténtica vida interior. Un saludo!
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