La confianza en Dios no significa ausencia de dificultades, sino la certeza de que Él siempre nos sostiene. Jesús nos llama a vivir el presente con serenidad, sin angustiarnos por el mañana. Si vivimos según el Evangelio, con un corazón desprendido y generoso, Dios nos proveerá lo necesario.
No se puede servir a dos señores, atender dos órdenes, construir dos reinos, realizar dos proyectos. La vida es tan importante que tenemos que elegir un señor a quién seguir. "No podéis servir a Dios y al dinero". Él está pendiente de nosotros, y nosotros de Él.
Dejar ataduras para seguirle a Él. Servir a Dios y dejar atrás todo lo demás. El ser discípulos es una opción que lleva consigo vivir un proyecto de vida.
"No os agobiéis por el mañana". El seguidor de Jesús experimenta la paz en el corazón, no se agobia ante los problemas o en las adversidades; en todo momento se siente en las manos de Dios. "No veis las aves del cielo... o los lirios del campo..." Nada sucede sin que él lo disponga... No podemos vivir agobiados por la vida, la comida o el vestido. Dios nos cuida. Somos valiosos para él. Sabe de qué tenemos necesidad. Solo tenemos que buscar el reino de Dios y su justicia.
"¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?" Agobiarnos es el mejor método para perder la vida. Siempre autoexigiéndonos, viviéndonos en el reproche continuo y en la autocensura. Si Dios nos quiere y nos ha hecho cómo somos. Porque no disfrutar con sencillez y humildad de lo que somos. La vida es demasiado bonita y demasiado regalo para estar permanentemente juzgándola y corrigiéndola. Que la gratitud te desborde en el día de hoy. Le pido al Buen Dios que no tengamos miedo de vivir.
Ayúdame a confiar plenamente en tu providencia
Dame un corazón libre, una fe firme
Que en mi vida busque siempre
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