Los hijos son la alegría de la familia y de la sociedad
En la audiencia de este miércoles, el Papa ha hablado hoy
sobre los hijos, en la serie de catequesis sobre la familia.
Ser hijos nos permite descubrir la dimensión gratuita del
amor
Este es su
resumen hecho en español:
“Queridos hermanos y hermanas: Siguiendo la serie de
catequesis sobre la familia, hoy quisiera hablarles de los hijos como don de
Dios para los padres y la sociedad. Un hijo es amado por ser hijo: no porque
sea bello, sano, bueno; no porque piense igual que yo, o encarne mis deseos.
Todos hemos sido hijos. Ser hijos nos permite descubrir la dimensión gratuita
del amor, de ser amados antes de haber hecho nada para merecerlo, antes de
saber hablar o pensar, e incluso antes de venir al mundo”. Es una experiencia
fundamental para conocer el amor de Dios, fuente última de
este auténtico milagro. Además, este amor nos da fuerza para afrontar la vida
sin miedo, construir un mundo nuevo, ser mejores cada día sin arrogancia, ni presunción.
Así, ha afirmado que “el cuarto mandamiento que nos pide
‘honrar al padre y a la madre’ está a la base de cualquier otro tipo de respeto
entre los hombres. Una sociedad que descarta a sus mayores es una sociedad sin
dignidad, pierde sus raíces y se marchita; y una sociedad que no se rodea de
hijos, que los considera un problema, un peso, no tiene futuro”.
“La concepción de los hijos debe
ser responsable, pero el simple hecho de tener muchos hijos no puede ser visto
como una decisión irresponsable. La vida rejuvenece y cobra nuevas fuerzas
multiplicándose. Los hijos crecen compartiendo alegrías y sacrificios. En el
sucederse de las generaciones se realiza el designio amoroso de Dios sobre la
humanidad”.
…. Que la Inmaculada Virgen María, Nuestra Señora de
Lourdes, conceda a todos sus hijos consuelo y fortaleza para crecer en el amor
y caminar juntos hasta la meta del cielo.
Muchas gracias.”…
Queridos jóvenes, “disponeos a ser ‘ojos para el ciego y
pies para el lisiado'”, queridos enfermos, “sentíos siempre apoyados por
la oración de la Iglesia”, queridos recién casados, “amad la vida que es
siempre sagrada, también cuando está marcada por la fragilidad y la
enfermedad”.
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