La verdad del ser humano.
«El
hombre, a la larga, no se aguanta a sí mismo si no está redimido para la
libertad abierta a Dios. Sólo cuando el hombre sabe que es infinitamente más
que una mera evidencia inmediata, que es el hombre del Dios infinito de
libertad, amor y bienaventuranza sin límite, sólo entonces puede aguantarse a la
larga. Si no, se va asfixiando lentamente en su propia finitud y toda la
retórica sobre la dignidad humana y la misión del hombre sonará cada vez más
falaz» (K. Rahner).
Pues es muy verdadera esta reflexión. Yo sin Dios me ahogo en mi impotencia y hasta en mi mala leche a veces.
ResponderEliminarUn abrazo.