EL BUEN SAMARITANO
Salmo del buen samaritano
Señor,
no quiero pasar de lejos ante el hombre herido en el camino de la vida.
Quiero
acercarme y contagiarme de compasión para expresar tu ternura,
Para
ofrecer el aceite que cura heridas, el vino que crea y enamora.
Tú,
Jesús, buen samaritano, acércate a mí, como hiciste siempre.
Acércate
a mí, como hiciste siempre.
Ven
a mí para introducirme en la posada de tu corazón.
Acércate
a mí, herido por las flechas de la vida, por el dolor de tantos hermanos, por
los misiles de la guerra, por la violencia de los poderosos.
Sí,
acércate a mí, buen samaritano; llévame en tus hombros, pues soy oveja perdida;
carga con todas mis caídas, ayúdame en todas mis tribulaciones, hazte presente
en todas mis horas bajas.
Ven,
buen samaritano y hazme tener tus mismos sentimientos, para no dar ningún rodeo
ante el hermano que sufre, sino hacernos compañero de sus caminos, amigo de
soledades, cercano a sus dolencias, para ser, como tú; “ilimitadamente bueno” y
pasar por el mundo “haciendo el bien” y “curando las dolencias”. (Felipe Santos)
Amén.
ResponderEliminarMuchas gracias y muy feliz y santo día.
Hermoso, como para meditar a diario.Quiero que sepa que lo enlace en mi blog.Los Miércoles para enlazar (Feb.15,2012) Algo para reflexionar.http://caminar-aflordepiel.blogspot.com/2012/02/miercoles-para-enlazar-feb152012.html?spref=fb
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