Cuando pides piedad con sinceridad, cuando aceptas las condiciones para rehabilitar tu vida, cuando te ves curado y no puedes por menos de volver sobre tus pasos y buscar al Señor para darle gracias, cuando lo encuentras y te arrojas a sus pies, él te dice "Tú fe te ha salvado".
Jesús introdúcenos en la experiencia de vivir renovados por ti. Sana la lepra, la contaminación, lo enfermo que hay en nosotros y en nuestra forma de mirar el mundo. Quítanos el lastre de una forma de vivir arrastrada por el miedo y la sospecha. Acumulamos tantas heridas que normalizamos el sobrevivir, el ir tirando, el aguantar. Y tú nos quieres sanos, alegres, sencillos, divertidos. Que el peso del tiempo no nos robe el agradecimiento por todo lo que nos das. Como el leproso del Evangelio.
Después de tanto recibido, de tanto esperado, de tanto gastado, de tanto soñado... volver a Él, volver con Él, volver a su lado. El leproso samaritano vuelve a agradecer, vuelve a ponerse a sus pies, vuelve a estar con Él. Ha encontrado todo, nada ni nadie más que Él. Ha descubierto, ese leproso samaritano, que con Él basta, Él lo cambia a todo, a su lado la vida es diferente. Vuelve para agradecer.
«Te alabamos Padre por todas las cosas bellas que has hecho en el mundo y por la alegría que has dado a nuestros corazones. Te alabamos por la luz del sol y por el agua clara, y por tu Palabra que ilumina nuestras vidas. Te damos gracias por esta Tierra tan hermosa que nos has dado, por las mujeres y los hombres que la habitan y por habernos hecho el regalo de la vida. De veras, Señor, tú nos amas, eres bueno y haces maravillas por nosotros».
Hoy celebramos a Nuestra Señora del Pilar, en el libro de los Hechos de los Apóstoles leemos: “Perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y María, la madre de Jesús”. (Hch 1,12-14) María, un pilar. En medio de la comunidad, perseverando unánimes en la oración con ella. Madre de la Iglesia. Fortaleza. Constancia. Virgen fiel. Junto a ti, Señor. En esta fiesta te pido con la oración del día, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor, por intercesión de tu madre.
A LA VIRGEN DEL PILAR
TÚ, MARÍA, ERES NUESTRO PILAR
Cuando estamos tristes y abatidos
Cuando las cosas no funcionan bien
Cuando nos alejamos de la casa del Padre
TÚ, MARÍA, ERES NUESTRO PILAR
Cuando nos hundimos bajo el peso de las dificultades
Cuando decae nuestro ánimo
Cuando perdemos la fe en Jesús
TÚ, MARÍA; ERES NUESTRO PILAR
Cuando somos frágiles y nos destruimos
Cuando sólo pensamos en nosotros mismos
Cuando no damos testimonio de tu Hijo
TÚ, MARÍA, ERES NUESTRO PILAR
Cuando aparecen nubarrones en nuestra felicidad
Cuando todo parece derrumbarse
Cuando nos perdemos lejos del amor de Dios
TÚ, MARÍA, ERES NUESTRO PILAR
En un mundo donde tantas cosas grandes se deshacen
y otras que son efímeras se enaltecen
TU SEAS NUESTRO PILAR
Javier Leoz
Comentarios
Publicar un comentario