¡Ay!
"El día del juicio
les será más llevadero
a
Tiro, a Sidón y a Sodoma
que a vosotras "
(Mt 11, 20-24)
La conversión es un movimiento que realizamos, sólo, si
le damos la mano a Dios.
Él nos llama, nos toca, nos abraza y nos ama.
Por nosotros mismos no podemos.
Con su amor y gracia nada es imposible
Si miramos con fe a nuestro alrededor, descubriremos
verdaderos milagros; una multitud de signos de la Presencia providente y
misericordiosa del Señor en nuestra vida, que harán brotar en nosotros la
humildad y el agradecimiento.
"...se
hubieran hecho los milagros que en ti".
Menos mal que tiene a la Virgen María, que sí se dejó y
el Poderoso pudo hacer obras grandes.
Flor hermosa del Carmelo, ruega por
nosotros, haz nuestro corazón como el tuyo
Hoy, día de la Virgen del Carmen.
Al igual que su
Hijo caminó sobre las aguas para decir a sus discípulos: "no tengáis
miedo", María caminará hoy sobre las turbulentas aguas de tu vida.
En tu tempestad, te repite con Jesús:
"¡No tengas miedo!"
La Virgen del Carmen nos saca siempre de las tormentas y
dificultades en las que nos mete el ancho mar de la vida.
Madre, danos sabiduría para acudir a ti e imitarte a ti
siempre con corazón de hijos.
¡Ay!
Ay, si no me
conmuevo,
si no grito la injusticia.
Ay, si no bajo hasta lo más mísero,
si no me estremezco con el gozo ajeno
que en el misterio se hace mío y bueno.
Ay, si miro desde arriba al caído,
si no proclamo su grandeza.
Ay, si no pongo la alegría,
si no me involucro en el día a día.
Ay, si grito con furia,
si mi violencia arrastra.
Ay, si no apuesto por desconfianza,
si no abrazo con todo lo que soy.
Ay, si no busco lo gratuito,
si condeno, o encadeno.
Ay, si no arriesgo,
si por comodidad coarto el vuelo.
Ay, si en mi fragilidad no te dejo
ser Amado ni fiel Compañero.
Aunque con todo lo que soy
seguirte quiero, se obrará el milagro.
Se hará viva la promesa,
el Reino se convertirá en certeza.
si no grito la injusticia.
Ay, si no bajo hasta lo más mísero,
si no me estremezco con el gozo ajeno
que en el misterio se hace mío y bueno.
Ay, si miro desde arriba al caído,
si no proclamo su grandeza.
Ay, si no pongo la alegría,
si no me involucro en el día a día.
Ay, si grito con furia,
si mi violencia arrastra.
Ay, si no apuesto por desconfianza,
si no abrazo con todo lo que soy.
Ay, si no busco lo gratuito,
si condeno, o encadeno.
Ay, si no arriesgo,
si por comodidad coarto el vuelo.
Ay, si en mi fragilidad no te dejo
ser Amado ni fiel Compañero.
Aunque con todo lo que soy
seguirte quiero, se obrará el milagro.
Se hará viva la promesa,
el Reino se convertirá en certeza.
(Malvi Baldellou)
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