Una oración
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Oh Dios y Padre nuestro:
No tenemos oro para ofrecerte, sino meramente la mirra pobre de nuestros corazones
y el incienso de nuestra acción de gracias y alabanza. Llénanos con la presencia de Jesús, y que él sea la luz que guíe nuestros pasos vacilantes. Y que nosotros, por nuestra parte, seamos humildes luces, también, que muestran a todos los que las vean el camino hacia la luz del mundo, Jesucristo nuestro Señor.
y el incienso de nuestra acción de gracias y alabanza. Llénanos con la presencia de Jesús, y que él sea la luz que guíe nuestros pasos vacilantes. Y que nosotros, por nuestra parte, seamos humildes luces, también, que muestran a todos los que las vean el camino hacia la luz del mundo, Jesucristo nuestro Señor.
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Feliz día de Reyes Magos! Abrazos
ResponderEliminarPidamos a nuestra madre,la Santisima Virgen Nuestra Sra. de Guadalupe para que ayude a todo aquel que necesite de su abrigo y amor con esta su oración,
ResponderEliminar“Virgen María de Guadalupe,
Madre del verdadero Dios por quien se vive.
En San Juan Diego, el más pequeño de tus hijos,
Tú dices hoy a los pueblos de América Latina:
‘¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?
¿No estás bajo mi sombra?
¿No estás por ventura en mi regazo?’
Por eso nosotros con profundo agradecimiento
reconocemos a través de los siglos
todas las muestras de tu amor maternal,
tu constante auxilio, compasión y defensa
de los moradores de nuestras tierras,
de los pobres y sencillos de corazón.
Con esta certeza filial,
acudimos a ti, para pedirte,
que así como ayer vuelvas a darnos a tu Divino Hijo,
porque sólo en el encuentro con Él
se renueva la existencia personal
y se abre el camino para la edificación de una
sociedad justa y fraterna.
A ti, ‘Misionera Celeste del Nuevo Mundo’,
que eres el rostro mestizo de América
y luminosamente manifiestas su identidad, unidad y originalidad,
confiamos el destino de nuestros Pueblos.
A ti, Pedagoga del Evangelio de Cristo,
Estrella de la Nueva Evangelización,
consagramos la labor misionera
del Pueblo de Dios peregrino en América Latina.
¡Oh Dulce Señora!,
¡Oh Madre Nuestra!,
¡Oh siempre Virgen María!
¡Tu presencia nos hace hermanos!
Acoge con amor esta súplica de tus hijos
y bendice esta amada tierra tuya
con los dones de la reconciliación y la paz.
Amén”.