Testigos
“Id al mundo
entero
y proclamad el Evangelio”.
(Mc 16, 9-15)
El Señor resucitado se hace presente en la vida de los
discípulos, a pesar de sus miedos y de su falta de fe, y los acompaña en la
misión de anunciar el Evangelio al mundo entero.
Nos sentimos enviados por el Señor resucitado y,
seguiremos viviendo y amando esta sobrenatural obstinación: "Cristo
vive"
Lo que es importante para nosotros no se puede esconder
ni vivir en la intimidad, pues pide ser anunciado
¡Comparte tu fe!
Señor Jesús,
envíame a anunciar tu resurrección.
Envíame a los tristes y a los desilusionados
para contarles la victoria del amor sobre la muerte.
Haz que tu resurrección se refleje en mi rostro
para testimoniar la paz y la justicia,
para alentar a quienes son víctimas
del desánimo y la tristeza.
Dame palabras para proclamar lo que creo:
que tú has resucitado y estás aquí.
Envíame a los tristes y a los desilusionados
para contarles la victoria del amor sobre la muerte.
Haz que tu resurrección se refleje en mi rostro
para testimoniar la paz y la justicia,
para alentar a quienes son víctimas
del desánimo y la tristeza.
Dame palabras para proclamar lo que creo:
que tú has resucitado y estás aquí.
Señor del amor verdadero,
pon tu luz en nuestras sombras,
pon tu paz en nuestras luchas,
pon tu voz en nuestros ruidos.
Pon armonía en nuestras diferencias,
pon sentido en nuestras preguntas,
pon ternura en nuestros juicios
y limpieza en cada proyecto.
Pon dignidad en nuestra mirada,
y libertad en nuestras certidumbres,
pon tu aliento en el bregar cotidiano,
y tu amistad en nuestros contrastes.
Pon, Señor, tu verdad en nuestras dudas.
Ponnos, Señor, contigo,
cuando buscamos tu evangelio
para este mundo.
Tú que eres el camino, la verdad, y la vida.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
pon tu luz en nuestras sombras,
pon tu paz en nuestras luchas,
pon tu voz en nuestros ruidos.
Pon armonía en nuestras diferencias,
pon sentido en nuestras preguntas,
pon ternura en nuestros juicios
y limpieza en cada proyecto.
Pon dignidad en nuestra mirada,
y libertad en nuestras certidumbres,
pon tu aliento en el bregar cotidiano,
y tu amistad en nuestros contrastes.
Pon, Señor, tu verdad en nuestras dudas.
Ponnos, Señor, contigo,
cuando buscamos tu evangelio
para este mundo.
Tú que eres el camino, la verdad, y la vida.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
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