Dios con corazón




"Tampoco yo te condeno" 
(Jn 8,1-11)

Aquello de ver la paja en el ojo ajeno antes que la viga en el propio...
Ojalá aprendamos a perdonar los defectos que nos molestan de los demás, porque nosotros también tenemos muchos que deben ser perdonados.

Hay una forma actual de lapidar.
Cuando murmuramos, criticamos o difamamos estamos cometiendo un crimen, arrebatando la dignidad a la persona que injuriamos, que difícilmente podrá recuperar



El que está libre de pecado, nunca tirará una piedra. 
Los pecadores, no solo debemos dejar de tirarlas, sino quitarlas de las manos -o la boca- de los demás.
Aprovecha que se acaba la cuaresma para dejar de criticar, juzgar, chismorrear... de tirar piedras.

Su dulzura, de Madre e Hijo, es inimaginable, cuando nosotros continuamente condenamos, ellos nos aleccionan en el perdón:
'El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra'



Gracias, Señor, por tu perdón.
A pesar de ser como soy,
tú has decidido amarme.
Mis caprichos maltratan
de muchas maneras a tus hijas e hijos;
no tengo espacio para ti en mi corazón.
Y, lo reconozco, tú siempre tomas la iniciativa
de ofrecerme una posibilidad nueva.
Ayúdame a caminar contigo,
a vivir cada momento en tu presencia,
a realizar mis elecciones con criterios de Evangelio.



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