A las puertas de la semana santa



“Para reunir 
a los hijos de Dios dispersos”. 
(Jn 11, 45-57).

En este Sábado de Pasión nos preparamos para pasar de la fiesta del Hosanna a la crudeza de la flagelación y muerte en cruz.
Subir y bajar, ascender y caer, como la vida misma, como tu vida misma. Dios se encarna para ser tú, se encarna para que seas Él.
Esta es tu Semana Santa

No es fácil aceptar la forma de amar de Jesucristo; su renuncia a un mesianismo político, basado en el poder y el tener...
No es fácil aceptar un Mesías que elige el servicio y que entrega su vida por amor; una forma de amar que destruye el pecado y la muerte.



La resurrección de Lázaro acrecienta el número de los que creen en Jesús, pero provoca la conjura de los sacerdotes y fariseos contra Él

Mientras los poderosos hacen cálculos con la vida de Jesús, él la ofrece decididamente.
Su entrega es vida que se multiplica, que se da libre y generosamente, más allá de la pretensión de quienes buscan suprimirla.
Es confianza en el Padre que supera todo temor

En el proceso a muerte de Cristo, confluyen: los que se creen más santos que Dios, los amigos del poder, los envidiosos de turno y el gentío moldeable.
Eso mismo, sigue sucediendo en tanta gente crucificadas.


“Algunos (judíos) acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.”
Supervisores de la ley, espías del prójimo, buscadores del beneficio propio, envidiosos sin más…
No sé por qué, me acuerdo de la criminalización de la ayuda a los emigrantes.

Los judíos querían asesinar a Jesús, porque su doctrina derriba los muros de sus duros corazones.
Y es que Jesús vino a liberarnos a través de la MISERICORDIA

"Reunirá a todos sus hijos dispersos por el mundo y formará un solo pueblo".
Acabará con el odio, los prejuicios, la división, la injusticia, la pobreza, la desigualdad...
Todos nos sentaremos a su mesa en el banquete de Reino.
Para eso nuestro Señor Jesucristo ofreció su vida.

Nadie como una Madre para reunir lo que está disperso.

Vayamos a María, casa siempre abierta con manos extendidas a nuestras cruces, y ver en ella los muchos signos del Hijo para creer más en Él.

Los cristianos somos una gran familia: la de los Hijos de Dios.
¿Pero realmente somos capaces de sentir esa unión entre nosotros a través de nuestra fe?
¿Me ha ayudado la Cuaresma que hoy finaliza a sentirlo?

La paz no se impone por la fuerza.
Es el fruto de la justicia.
Justicia que va más allá de las leyes.
La paz brota primero en el corazón del que ama porque se sabe amado; del que perdona, porque se sabe perdonado.
La paz es el reino de Dios.

"Si lo dejamos seguir, todos creerán en él".
Deja que Jesús siga actuando, siga salvando, siga hablando al mundo de su amor a través de ti, cuántas conversiones si "lo dejamos seguir":
Dios instaurado en nuestro corazón para dar frutos, para anunciar sin palabras

Delante de ti me arrodillo, Señor Jesús.
Tú fuiste siempre el hombre para los demás.
Empleaste tu vida para curar,
consolar, liberar, animar.
Están a las puertas los días
en que tu vida será eliminada.
O mejor, los días en que
ofrecerás tu vida
para que yo
y tantos hermanos
podamos tener vida.


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