Nuestro pilar

 


«Mejor, bienaventurados los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen».
 
(Lc 11, 27-28)

Celebramos la Fiesta de Nuestra Señora del Pilar. Según una venerada tradición, la Santísima Virgen María se manifestó en Zaragoza sobre una columna o pilar, signo visible de su presencia. Esta tradición encontró su expresión cultual en la misa y en el Oficio que, para toda España, decretó el papa Clemente XII.

En una fiesta de María, como la de hoy, tenemos que ser como esa mujer que se levanta entre la gente y habla maravillas de María para reconocer que Jesús lo es todo para ella. No nos podemos quedar en el piropo a María, y olvidar que el protagonista es Él. 

La grandeza personal de María está en haber escuchado a Dios y haber dado un "si". María, pilar de nuestra fe, escuchó y puso en práctica la Palabra de Dios al responder en la anunciación: "He aquí la esclava del Señor".

Es una actitud humilde, valiente, libre y auténtica. María, que meditó en su corazón las palabras y los gestos de Jesús, hace pensar en aquellos que "escuchan la Palabra con un corazón noble y generoso".

«Mejor, bienaventurados los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen». Nuestra dependencia de la Palabra no es opcional o que dependa de gustos o afinidades. En la Palabra está la Vida. Es viva y eficaz. Ilumina todo el misterio de mi propia existencia y de los demás. Tiene el poder de hacernos hijos de Dios. Transforma las tinieblas en Reino de Dios. Escuchar la Palabra, asimilarla, vivirla y anunciarla lleva nuestra vida a su mejor versión.

Para vivir nuestra vida como auténticos discípulos de Jesús es imprescindible escuchar la palabra de Dios y ponerla en práctica. María es el mejor modelo que nos enseña a buscar y cumplir la voluntad del Padre.

Escuchar la palabra de Dios y cumplirla da cimiento y soporte a la vida. María es pilar de fe y discipulado por acoger la Palabra, aún sin entenderla y dejarse hacer por ella. Un modelo donde mirarnos y una experiencia donde sentirnos dichosos y bienaventurados.

"Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen". ¿Te imaginas que te reconozcan ser hijo de Dios por tu forma de hablar y actuar? ¡Qué bonita es mi familia, qué bonita es mi Iglesia!

“Cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes». Del trato con la Virgen, de mirarla, nos saldrán gestos parecidos, que recuerden a Ella. Para Aprender de Ella a unir a la fortaleza necesaria la ternura y el cariño en el trato con los demás, particularmente con los que corren mayor riesgo de ser excluidos” (Papa Francisco, “Evangelii gaudium” 288).

Que María sea nuestro pilar para ser auténticos discípulos y nos proteja en nuestro caminar.

“Nuestra meta tiene que ser lo infinito y no lo finito. El infinito es nuestra patria. Siempre nos han estado esperando en el cielo.” Beato Carlo Acutis

Encomendamos a todos y a cada uno de los que formamos esta nación, para que protegidos bajo el manto de la Madre y junto a los pueblos hermanos de América, sintamos su protección e imitando su sencillez y amor sepamos alentar la fe de nuestro pueblo en estos tiempos difíciles que nos ha tocado vivir.


Refúgiate hoy en los brazos de María -tan pequeña y que puede tanto-, pídele que cambie y purifique tu corazón, que te de el consuelo que necesitas, que sane la herida de tu alma, que te conceda esa paz tan querida, que tú también debes a dar a los demás.

María, tu Pilar, tu roca, tu raíz, tu cimiento, fue Aquel que llevaste en tu vientre, en tus brazos, en tu corazón. Que como tú, Madre, siempre pongamos en el centro de nuestra vida a Jesús.  

 Tú, mi Pilar. Columna que cielo y tierra une. Faro que guía. En silencio, nos sostienes, nos animas, nos das fuerza y certeza en nuestras dudas.

 

Madre de Jesús y Madre nuestra, ayúdanos a fiarnos siempre del Padre, como tú y tu mismo Hijo Jesús lo fuisteis. Contigo vamos a Jesús, caminamos como discípulos misioneros.

SANTA MARÍA DEL PILAR RUEGA POR NOSOTROS.

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