Lo que agrada a Dios.

 


«Vosotros que no habéis entrado y a habéis cerrado el paso a los que quieren entrar»
 (Lc 11, 47-54)

Las invectivas de Jesús se orientan a pedir cuentas a responsables religiosos. A fariseos por poner monumentos a quienes mataron. A los maestros de la ley por utilizar sus conocimientos para su beneficio. Lo importante son las personas no el dominio sobre ellas.

Jesús muestra cuál es la auténtica postura de amor frente al mero cumplimiento externo de normas y ritos, que asfixian a la persona. No juzgues a las personas por sus apariencias externas, porque te equivocas casi siempre. Lo que agrada a Dios es un corazón humano, sincero y compasivo.

«Vosotros que no habéis entrado y a habéis cerrado el paso a los que quieren entrar» Malo es no querer esforzarse en dar testimonio de la fe, pero peor es creerte en posesión de la verdad y no dejar que los demás puedan llegar a conocer la verdad por un camino distinto al tuyo.

"Siempre la misma tentación y el mismo pecado: la soberbia y la arrogancia. Más que apropiarse de la llave, habrá que llamar humildemente a la puerta de la casa de Dios. Y al que llame se le abrirá". Card. Carlos Amigo

Los que pertenecemos a la Iglesia no podemos estar más pendientes de impedir la entrada que de acoger al que llama, pregunta, pide y busca. Las normas no deben ser para cerrar sino para abrir bien, para acoger bien, para facilitar el encuentro con los otros.

La Verdad ha de ser sostenida e impulsada por el Amor. ES TIEMPO DE TESTIMONIAR CON VALENTÍA QUE SOMOS CRISTIANOS.

"Sí, os digo: se le pedirá cuenta a esta generación." Nada de lo que hacemos o dejamos de hacer es neutral. Se nos pedirá cuenta de tantos dones, regalos, talentos, oportunidades, que se suceden a lo largo de la vida. Se nos pedirá cuenta de cómo hemos vivido, cuando de parte de Dios todo está puesto para gozar del Reino y nosotros hemos construido indiferencia, descarte, olvido. Se nos preguntara por nuestra falta de compromiso cuando las personas necesitaban más de nosotros.

Solo la noticia del amor incondicional de Dios tiene fuerza para tocarnos el corazón y llevarnos a la fe.



Tú, Señor, eres el camino del amor 
que avanza en medio de nosotros. 
Tú llamas a todo ser humano para que vaya a ti, 
fuente de Vida.
Te confieso, Señor,
que mis conocimientos teóricos
sobre ti van aumentando,
pero mis actitudes no se parecen más a las tuyas.
No es que todo me sea indiferente,
pero me comprometo poco por ti.
Sé perfectamente que Tú
no me examinarás de teoría,
sino de amor solidario;
sin embargo, no termino de arrancar.
Confío en que las actividades
de mis hermanos en la fe y,
sobre todo, sentirte cercano
me ayuden a salir de esta situación.
¡Señor, que no quede todo en una idea más!
 

 

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