Eligió
El Señor se "pasó la noche orando a Dios" Un tiempo de encuentro, de paz, de calma. Una decisión que tomar y ponerla a la luz de Dios. Un momento de sosiego para sentirle cerca, para abrir el corazón y la vida. Un tiempo largo, el necesario, sin prisas.
Jesús sale al monte a orar. Y pasa la noche orando. Jesús, después de la oración al Padre. Al amanecer baja y elige, escoge a sus apóstoles para estar con Él. No elige a una élite, sino personas normales y corrientes, incluso algunos de mala reputación social, que abren su vida al seguimiento y a continuar después la misión que el Señor les encomienda.
También nosotros, cómo los apóstoles, después de oír la Palabra de Dios y experimentarla en nuestra vida, estamos llamados a continuar con la misión que ellos recibieron y con la misma fe que ellos nos transmitieron.
"Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los
atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba
de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos."
El poder curativo de Jesús es real. Tiene capacidad de integrar todo lo que
nosotros vivimos disperso. Su amor lo valora todo y no rechaza nada de lo que
vivimos. Nos valora, nos cuida, nos potencia y despierta en cada persona su
mejor versión. Por eso le seguimos agradecidos.
Por Cristo nuestro Señor.
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